No es el portugués Jorge Mendes, el todopoderoso representante de jugadores, tipo de los que den puntada sin hilo. Mueve a sus representados con gran acierto y jugosos beneficios económicos, y si no los mueve también saca provecho de ello. Cualquier ampliación de contrato le supone una considerable tajada que, según los recientemente papeles filtrados por Football Leaks, coloca para sí y para los suyos a buen recaudo de los ojos del fisco.

Mendes acaba de desvelar una supuesta oferta procedente del fútbol chino de 300 millones al Real Madrid por Cristiano Ronaldo, y de 100 millones al año para el jugador. Una oferta que, sostiene Mendes, Cristiano rechazó porque "el Madrid es su vida".

No hay porqué dudar de la existencia de dicha oferta, ni de las cifras de la misma. Esta misma semana el argentino Carlos "el Apache" Tévez se convertía a sus 32 años y de vuelta del fútbol en el jugador mejor pagado del mundo gracias a los 80 millones de euros netos que le pagará el Shanghai Shensua por dos temporadas, en tanto el brasileño Oscar abandonaba el Chelsea para cobrar 30 millones por temporada de otro equipo de la capital del gigante asiático: el Shanghai SIPG. Ni hay porqué dudar de la sinceridad de Cristiano al asegurar que el Madrid es, hoy por hoy, su vida. En el Madrid ha crecido y ha labrado un palmarés extraordinario lleno de botas y balones de oro, de ligas, copas y "orejonas". De reconocimiento y fama. En China, donde no estaría rodeado, apoyado y respaldado por otros jugadores de primerísimo nivel, podría hincharse a marcar goles, sí, pero no tendrían ni una parte del valor de los logrados en Europa. Del valor de conseguirlos, por ejemplo, ante el Barça de Messi. Y CR vive más para engrandar su ego que su ya gran cuenta corriente.

Ronaldo, con 31 años, tiene tiempo de sobra para ir a China, el nuevo Eldorado, a jubilarse envuelto en yuanes. Lo que hay que saber es si le quedará tiempo al Madrid para amortizarlo. Que Mendes afirme que su pupilo "es feliz en el Madrid" no tiene más valor que el del interés protector del macho que dirige la manada. Lo realmente interesante sería saber qué hubiera dicho Florentino Pérez a los chinos.

Por trescientos millones, hasta con un lazo de regalo.