Los cambios de ciclo en la rivalidad Barça-Real Madrid no sólo suelen venir marcados por el aumento de trofeos en el museo del club dominante en cada momento. Vienen también aparejados en muchas ocasiones al empuje de las nuevas generaciones de peloteros que emergen desde las categorías inferiores. Ahí está la extraordinaria generación de futbolistas -según los técnicos- que este verano va a disputar el Europeo sub 21 en Polonia bajo las órdenes de Albert Celades. Generación que está encabeza por Asensio, Llorente, Vallejo o Ceballos. Salvo Ceballos -al que ronda el Real Madrid- el resto son propiedad de los del Bernabeu.

El primero ya se ha hecho un hueco en el equipo de Zidane tras brillar como uno de los exponentes del equipo B, del que francés tiró para dar descanso a las figuras blancas y alcanzar la Liga y la Duodécima. Vallejo ya sabe que, tras dos años cedido (Zaragoza y Eintracht Frankfurt) formará parte de la primera plantilla cubriendo el hueco dejado por Pepe. Y parece que Marcos Llorente seguirá por el mismo camino.

Mientras, en Barcelona han cambiado el chip -el que antes tenía Florentino Pérez- y buscan cubrir los huecos que van dejando las perlas ya jubiladas de La Masía (Puyol, Xavi Hernández... ), y el de los que van camino de la segunda actividad (Iniesta), ofreciendo decenas de millones (Verrati) para contratar a jugadores ya hechos. Es lo que tienen las prisas por evitar que el cambio de ciclo pase de ser una sospecha a una realidad en las próximas temporadas. Eso, y que después de escuchar al gran referente del Nou Camp decir que Cataluña sufre "los abusos de un Estado autoritario" es lógico que los ojeadores del Barcelona prefieran viajar más allá de los Pirineos para fichar a jóvenes talentos que desplazarse a Albacete, Badajoz o Jaén. Tampoco es que últimamente al Barcelona le haya dado por apostar por lo que ya tiene. En el año futbolístico ya cerrado Luis Enrique sólo dio confianza a Sergi Roberto. Mientras, en el Madrid acumulaban minutos -eso sí, a ritmo de equipo grande- sus canteranos. Mientras, y como pasó no hace mucho en Madrid, los chavales de La Masía hacen las maletas para que el Barça haga caja y brillen fuera y los mismos técnicos que dieron luz verde a su marcha acaben, años después, recomendando su fichaje por unos cuantos ceros más de cuando se fueron.

La temporada que se avecina servirá para ver si finalmente el cambio de ciclo en el fútbol español es una realidad y el Madrid toma el testigo del Barcelona tras la era de Guardiola y Luis Enrique. Si eso sucede, podrá decirse que la Fábrica merengue también se ha impuesto a La Masía.