Fue el Córdoba el club que dio un golpe de efecto el domingo anunciando a la vez siete fichajes de otros tantos jugadores. El Sporting, por lo que vamos viendo, no quiso quedarse atrás y anunció los siete chavales del filial que el castellano leal, señor Torrecilla, y el entrenador rojiblanco, don Francisco Herrera, han decidido incorporar a los trabajos de pretemporada de la primera plantilla del Sporting. Ya se contó aquí más de una vez que el inolvidable secretario técnico rojiblanco Enrique Casas, un oviedista confeso al que nadie censuró por ello en el Sporting, sostenía que el equipo que quería ir bien tenía que albergar en su vestuario a ocho canteranos. Ahora mismo y viendo cómo vienen los tiempos, uno se conformaría con que quedaran tres de los siete elegidos para las tareas de pretemporada. Tres que, además, jueguen con cierta asiduidad en el primer equipo del Sporting que aún no ha comenzado a hacerse porque, según los más finos analistas del lugar, quedan por producirse muchas bajas y muchas altas.
No lo decía Enrique Casas, pero como si lo dijera: en la lista de fichajes siempre tiene que haber un jugador para la grada; no para que se siente en la grada, por supuesto, sino que sea el que tire de los aficionados. Llegados a este punto habrá que preguntarse qué va a pasar con el hijo de Burguillos del Cerro, Burgui, que ha vuelto al Real Madrid y que no parece que se vaya a quedar en la primera plantilla blanca. Burgui seguro que afronta la tercera cesión consecutiva, tras las habidas en el Espanyol y en el Sporting. No parece que quiera jugar en Segunda, aunque más de uno y de cien seguidores rojiblancos son partidarios de que vuelva al Anfield del Piles a continuar con su carrera profesional. Burgui se enseñó hace días en una doble página de un popular deportivo madrileño. Centró en Leganés el comienzo de sus mejores días como rojiblanco, valoración que es obligado suscribir. O sea, que a ver qué pasa con Burgui y cuál va a ser su futuro.
A la espera de que pasen cosas, está claro que la "doctrina Lineker" sigue vigente: Alemania ganó dos finales en cuestión de pocas horas. A España, a la que sometió con mano de hierro, y a Chile, de la que aprovechó el error de Marcelo Díaz, el mediocampista céltico. Dos títulos más para un país que alberga muchos y que no necesita echar mano de sus mejores equipos para volver con los trofeos a casa.
Hoy es martes, distinguido público, aunque esto siga sin ser Bélgica y donde conviene mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿es cierto que Esuperio es de los que se ha molestado porque Emilio de Dios se haya ido al Sevilla, a las órdenes de Óscar Arias? Próximo parada, Capuchinos.
