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Juego de errores

El punto sumado es la conclusión más positiva

En los 90, Canal Plus creó un juego en la previa a cada partido que se popularizó en toda España. Cinco jugadores alevines del club local trataban de embocar la pelota desde el punto de penalti y la frontal por determinadas zonas de la portería. El acierto se premiaban con diferentes puntuaciones. Se llamaba el "Goligol". Oviedo y Zaragoza decidieron jugarse el prólogo del partido a la suerte del "Goligol". Zapater chocó con Juan Carlos y el poste en su intento. Ñiguez sí obtuvo el 10, la máxima puntuación. Ahí, en cuestión de centímetros, se aclaró el panorama para el Oviedo. Pero el fútbol siempre ofrece otra oportunidad. La aprovechó Zapater para, a la segunda, batir a Juan Carlos. Fue el punto de inflexión de un choque con muchos giros en su guión.

El talento es un argumento de peso para conquistar los tres puntos, pero en Segunda, categoría de emboscadas, la misión principal es no cometer errores. En el juego de desaciertos en el que se convirtió el partido, daba la impresión de que la victoria se la llevaría el más atento. El Zaragoza rozó dos veces el gol pero Juan Carlos se impuso a Borja Iglesias y Ángel. Dos intervenciones con aire a reivindicación en una noche complicada.

Al Oviedo no le quedaban fuerzas. Anquela optó por poner más ladrillos en el centro y reforzar la estructura. El choque de fuerzas parecía favorecer a los maños, así que lo más prudente era guardar un punto, mal menor. El Oviedo mantiene argumentos convincentes para apostar por él esta temporada pero le sigue faltando consistencia. Ayer fue el ejemplo más claro. Con 2-0 y un rival tocado -Albacete, segundo acto- el equipo volvió a desaparecer. El punto es la conclusión más positiva de una noche en la que primaron los errores sobre los aciertos.

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