Pregunta: ¿qué más tiene que demostrar Steven para tener más minutos en el primer equipo del Oviedo? En sólo un par de ratillos en dos partidos ha dado una asistencia y ha marcado un gol. Más que muchos de los que estaban llamados a ser importantes en este equipo. Sin embargo, lo más probable es que Steven vuelva la semana que viene a la Tercera División. A El Requexón. A jugar contra el Tuilla. A otra cosa, pese a haber tirado ya la puerta abajo.
Gracias a Steven el Oviedo vuelve a estar con la cabeza metida en la zona de privilegio. Aunque sea con un juego ramplón. Ganando sin dominar. Y por los pelos. O más bien por la bota agraciada del canterano y por el desgraciado guante (para él) de Javi Varas. Gracias.
Aun con todas, el Oviedo parece haber perdido algo de esa consistencia de hace unas semanas. De aquellas jornadas en la que no ganaba nadie a los azules. Ya no es aquel equipo que taponaba al rival, que lo maniataba y que apenas lo dejaba tirar a puerta.
El Granada entraba como quería por las bandas. Afortunadamente, Machís, el jugador que debería de haber sido azul en verano, no estuvo entonado.
En ataque los carbayones tampoco parecen muy entonados. Para muestra fue que los goles fueron ayer cosa de un defensa central y de un canterano. Los "buenos" siguen poco enchufados, y alguno, como Aarón, desubicado.
Aun así, el Oviedo no se desengancha. Sigue vivo y cumpliendo años, pese a los intentos de asesinato. Y el abrazo final de Steven y Viti demuestra que hay futuro.
Pero si por algo era importante ganar ayer era, más que por los puntos, por salir de esa inercia negativa. Para que el equipo vuelva a enchufarse porque vienen más curvas. Confíen en los de Anquela.
