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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

El enterrador tendrá que esperar

La goleada ante el Almería dejó varios mensajes

Comenzaba la previa del partido del Sporting ante el Almería con un ojo puesto en el banquillo rojiblanco y otro en la clasificación. A JA, como en los spaghetti western -esta semana la cosa va de películas-, el enterrador con levita y sombrero a lo Abraham Lincoln le tomaba en vida las medidas para la caja de pino antes del duelo frente a los almerienses que ahora regalan Audis a sus socios, mientras los fotógrafos aprovechaban para actualizar el archivo con imágenes de Javi López, no fuera a pasar algo.

Cuarenta y cinco minutos después, el enterrador y sus ayudantes empezaron a recoger los bártulos asumiendo que, de momento, sus servicios no son necesarios y que la trituradora puede tirar unas semanas más sin carne. El Sporting del aburrimiento y la falta de gol de las últimas jornadas dejó paso a la mejor versión -al menos la más divertida- de los últimos tiempos. Los puristas dicen que atrás, por eso de los dos goles encajados a balón parado, se falló más de lo que debería estar permitido y que la única diferencia respecto a otros partidos fue la efectividad de cara a portería.

Y cosas del "fúrgol", que diría Villar, la mejor racha goleadora del Sporting en media parte desde aquel histórico 7-1 al Osasuna llegó sin Djuka en el campo. Álvaro Vázquez, su sustituto, tampoco marcó, pero al final, 4-2. Ya se sabe que en la rula no preguntan... El domingo en Fuenlabrada se verá si la suplencia del serbio ha sido testimonial o va para largo. El que tiene en un puesto asegurado es Manu García, que está justificando el dinero que el club decidió pagar por él al City. Si el chaval sigue así y el equipo finalmente no sube, está claro quién será el verano que se avecina el "sacrificado" para cuadrar el límite salarial.

La victoria ante el Almería sirvió también para que el vestuario -o al menos los que mandan en él- está con JA. La dedicatoria del 2-0 de Babin al técnico, y las declaraciones de éste al final, al margen de lo de que nadie revienta nada en El Molinón, ni a su prima, - "en mis años aquí, siempre se cambió de entrenador, y eso es malo"- pueden tomarse como un mensaje hacia adentro, a navegantes amigos de los vaivenes.

Pero tan cierto es que el Sporting puso a El Molinón en pie, como que de rentas de un partido no vive nadie. Si el objetivo sigue siendo el mismo, los de JA ya pueden pisar a fondo y asaltar Fuenlabrada. Ahora les toca demostrar que lo visto ante el Almería no fue una simple buena tarde y que hay razones para seguir creyendo. Lo contrario, volver a generar bostezos fuera de casa, devolverá al enterrador a primera línea en busca de hacer su trabajo y cobrarlo.

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