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Eloy Méndez

PASE AL HUECO

Eloy Méndez

El turno de Javi Rico

La derrota en el derbi marca el inicio de otra etapa

La penosa derrota del Sporting en el derbi del lunes ante un rival que fue superior de principio a fin, con permiso del VAR, porque supo a lo que jugaba pese a sus abultadas limitaciones es el merecido e inevitable punto y final a los catastróficos tres proyectos pergeñados por Miguel Torrecilla desde la dirección deportiva. Y en consecuencia es el inicio pseudoficial de la etapa de Javi Rico, que tiene por delante la compleja misión de darle cuerpo a un equipo sin más argumento que vivir al día. Deberá acertar con la cantera y no podrá cometer ni un error en el atípico mercado de fichajes que está por venir, más corto que nunca y con menos dinero que casi siempre.

Aunque lo primero que tendrá que hacer el flamante organizador de Mareo es elegir al inquilino del banquillo. Djukic se lo ha puesto muy fácil porque el duelo que planteó hace dos días en El Molinón es un autodescarte en toda regla. No supo insuflar a los jugadores la tensión propia de un partido de máxima rivalidad, por más que en las gradas no hubiera un alma. Y tampoco demostró haberse adaptado a la nueva normalidad futbolística: ni agotó sus cinco cambios ni ensayó con éxito las rotaciones, norma obligada cuando se va a tres partidos por semana. No es excusa que el Sporting tuviera un día menos para "descansar" porque los jugadores no dieron sensación de agotamiento sino de incapacidad, sin restarle méritos a la estrategia de Ziganda, que supo jugar bien sus modestas cartas.

Es imposible librar de la quema a ninguno de los futbolistas rojiblancos. Mariño encajó un gol en dos disparos. Los centrales, sin apenas trabajo, no estuvieron ni siquiera cerca de cortar la larga jugada del tanto visitante. De los delanteros se sabe que pisaron el campo porque figuran en el acta arbitral. En Unai Medina se puede, con un toque de injusticia, personalizar la derrota por marcarse un absurdo taconazo a destiempo, entre otros muchos pecados menores en colocación y movimientos, en los que reincide con persistencia. Y del centro del campo es casi mejor no hablar porque Nacho Méndez sólo conservó el nombre de su gran partido en Alcorcón y Manu García se ha empezado a deslizar peligrosamente hacia la categoría de decepción de cuatro millones de euros. A Javi Rico le queda mucho trabajo por delante. Conseguir que el Sporting no afronte nunca más un derbi como quien va de senderismo está entre sus objetivos.

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