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Borja o Asensio, la cantera ante la crisis

Los periodistas deportivos sabemos algo de fútbol y los que hemos vivido muchos años entre la élite, entre los mejores del mundo, creo que podemos opinar. Los momentos que como sociedad estamos viviendo, no hablo ahora sólo de fútbol, nos indican que vamos a sufrir, que lo vamos a pasar mal y que nos va a costar mucho salir adelante en lo económico. Los que no han pensado aún en la palabra corralito a lo mejor lo hacen en un futuro próximo si no tomamos todas las medidas, sanitarias y económicas. Para evitarlo hay que ser responsable y controlar muy bien todo lo que se hace y todo lo que se gasta.

El fútbol ha abierto, con el empeño de los clubes y la Liga, el campo de la ilusión. Da la impresión que con el fútbol se han abierto muchas puertas. Se han abierto las de los hoteles, las del AVE y el Alvia, las de los aviones, las de los bares y los restaurantes y las de muchas empresas y grandes almacenes. Aún no se han abierto las de los estadios y los pabellones pero se están dando los pasos oportunos. Todo esto viene a cuento porque el fútbol español tiene que abrir otra puerta de forma inmediata si quiere sobrevivir. O abre las puertas de la cantera, del trabajo de los que se esfuerzan para que los clubes españoles sean cada vez mejores y tengan muchos futbolistas desde infantiles a seniors o entrarán todos en un territorio en el que le encajará perfectamente el calificativo de ruina.

Son muchos los presidentes de los clubes españoles que han vivido a lo largo de la historia unos momentos dramáticos. Muchos -lo pueden contar- se cansaron de fichar jugadores extranjeros, de llevar dinero a otros países y luego pasaron de los momentos dulces a los más tristes. Otros, en cambio, apostaron por las canteras: Eugenio Prieto fue uno de ellos, y Manuel Vega Arango, otro.

Lo de hoy en esta columna no es oportunismo, es algo que vengo pensando desde hace tiempo y más desde el mes de marzo. Como todos los ejemplos valen, voy utilizar el éxito del joven Borja Sánchez, que con su gol le dio el lunes la victoria al Real Oviedo en Gijón. He escuchado en todas las emisoras que el Real Oviedo había ganado gracias a un canterano. Días antes, los periódicos se llenaron de imágenes y portadas de Marco Asensio porque con su gol al Valencia a los 30 segundos de entrar en el campo en el segundo tiempo había transformado al Real Madrid en un firme aspirante al título.

La diferencia entre Borja Sánchez (26-02-1996) y Marco Asensio (21-01-1996) -se llevan 36 días naturales- es que el primero, Borja, puede llegar a ser titular en un equipo de Primera si se sigue apostando por él y el segundo, Marco, que ya es una estrella, tiene casi imposible ser titular en el Real Madrid donde todos los extranjeros -y son muchos- fichan año tras año para salir sí o sí en el once inicial. Asensio tiene clase, pero tiene una gran barrera por delante. Los grandes clubes están repletos de extranjeros.

Mirando sólo dos partidos celebrados en esta fase final de la Liga, el Real Madrid jugó con dos españoles ante el Valencia, con Sergio Ramos y Dani Carbajal en el once titular. Ante el Sevilla el Barcelona alineó como producto nacional bruto sólo a Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergio Busquets. O sea, dos de once y tres de once. Con este planteamiento, ¿para qué valen las canteras del Madrid, del Barcelona, del Valencia o del Sevilla, por ejemplo? ¿Para qué arrasan los clubes de fútbol de toda España con todo lo que pillan por delante con sus ojeadores en infantiles, cadetes y juveniles? ¿Lo hacen sólo por dinero?

Como esta debe ser la pregunta del millón, a lo mejor lo que tienen que hacer los clubes más modestos del fútbol español para salir de la crisis económica que se avecina es apostar ya por la cantera, como por la de Mareo del Sporting de Gijón, que está llena de futuras estrellas, o por la de El Requexón del Real Oviedo, o como lo que está haciendo el Athletic de Bilbao desde siempre, donde ya apuestan ahora por un muchacho que ya sabe lo que es ser titular en la Liga Santander y se llama Una i Vencedor, de 19 años (15/11/2000).

Ultimo ejemplo: En Madrid, sin ir más lejos, hay más de diez mil jugadores de fútbol en todos los clubes federados. ¿Cómo es posible que los de Segunda y Primera no apuesten por la cantera y busquen de forma continua jugadores de otros países? Como esa pregunta parece no ser fácil de responder, parece más lógico proponer que ante la crisis económica que se avecina se apueste por los jóvenes canteranos. Estoy seguro que no nos van a defraudar.

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