¿Qué dicen los números? Lo de las cifras es una ciencia inexacta, por mucho que digan, y el fútbol está ahí para demostrarlo. Hay quienes se dedican a indagar en las cifras que hacen los jugadores. Pases, balones perdidos, goles, asistencias, tarjetas... en un trabajo que en ocasiones resulta inútil.
Aun con todas esas precauciones, por números la renovación de Saúl Berjón, capitán del Oviedo, parecía complicada. El extremo ha jugado pocos partidos en las dos últimas temporadas y cuando el equipo más lo necesitaba, cuando estuvimos otra vez al borde del abismo, no estuvo. Por lo que fuera. Pero durante esos partidos el equipo aprendió a vivir y a jugar al fútbol sin él. Mordía y peleaba como siempre. Como si el capitán estuviera en el campo.
A su favor, sin embargo, hay que decir que hay jugadores que han hecho pareja con él en la banda que no han jugado nunca mejor que cuando él estaba sobre el campo y, sin embargo, han bajado bastante su rendimiento desde que Saúl no está. Porque, aunque Berjón ya ha anunciado que se va del Oviedo, hacía ya un tiempo que no estaba.
Con los números en la mano había, cuanto menos, dudas de que Saúl fuera a ser un jugador clave o diferencial durante la temporada que ya asoma. Aunque sí que podía seguir siendo un jugador importante para lo que los pedantes llaman como circunstancias del juego. Ya saben, un córner o una falta bien sacados en esta división es medio gol. Y el gol, en esta Segunda División tan incierta, es todo un tesoro para el que lo tiene.
¿Y qué dice el corazón? Que Berjón es uno de los nuestros. Un oviedista más. Un aficionado que tuvo la suerte de jugar para el equipo de su vida y que pudo recorrer la banda poniendo de pie a la Tribuna del Carlos Tartiere.
En este caso han ganado los números sobre el corazón. Como, desgraciadamente, suele ocurrir en una sociedad como la actual. Ahora, con el capitán fuera es Borja Sánchez el que tiene que dar el paso adelante antes de que se le pase el arroz. Y con él Jimmy y Viti, si Ziganda les da la oportunidad y la confianza que a Saúl le negó.
¿Quién sabe? Quizá si Berjón se hubiera quedado tendría mejores números ¿Eso cambiaría las cosas? Es demasiado tarde. Ahora es el tiempo de que todos esos jóvenes cedidos que ha ido reclutando Arnau demuestren que tienen ganas de triunfar en esto del fútbol.
Quizás esta temporada nos divirtamos.
