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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión antes del Espanyol-Sporting: Clemente y la resistencia

¿Alguien se acuerda a lo que se dedicaban no hace tantos años el Eibar, el Getafe, el Huesca o el propio Villarreal?

David gallego, a la izquierda, junto a sus ayudantes

Al margen de quejarse de cómo se enteró de que era historia en el Sporting, Javier Clemente advirtió en estas mismas páginas de que cuanto más tiempo tarde la institución en volver a ser de Primera, más complicado lo tendrá para retornar al lugar que un día –salvo las visitas de cortesía de la mano de Preciado y Abelardo– abandonó para dejar paso a otros con más acierto a todos los niveles.

A pesar de sus cositas, que las tiene, y muchas, a Clemente no le falta razón. Cada año que el Sporting pasa alejado de Primera, la brecha entre una orilla y otra se agiganta. Incluso aceptando que el dinero no lo es todo, y que hay casos como el del Elche o el del Sporting de los Guajes que lo demuestran, no hay que ser ingenuos: con una economía jugosa y no seca como un terrón de Las Hurdes todo es más fácil. Estar tanto tiempo fuera lleva a que otros ocupen el pisito. ¿Alguien se acuerda a lo que se dedicaban no hace tantos años el Eibar, el Getafe, el Huesca o el propio Villarreal? Pues eso.

Hasta mejores noticias, nada como esperar a que amaine “Dora” confiando en que el Sporting demuestre en la vuelta a Cornellá de Gallego que va en serio y que lo visto hasta ahora no es otra cosa que el comienzo de una bonita amistad que perdurará en el tiempo y en el espacio. Y si se pierde, está por ver si las gentes rojiblancas siguen tarareando la tonadilla de que los resultados no importan, que lo principal es dar tiempo a la quinta del cole y a sus acompañantes para asentar las bases de un proyecto sólido. Así que toca resistir, aunque sea a lo Clemente.

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