El Sporting inicia ante el Leganés una nueva vida –se espera sea que corta– sin Manu García. Entre que al muchacho de oro se le cicatrice el roto que se hizo ante el Zaragoza y el mediapunta vuelva a coger la forma, pasarán varias semanas en las que los de Gallego tendrán que aprender a vivir sin él. Pero más vale que al Sporting se le pase rápido el “mono” por la ausencia de Manu.
En la Liga del covid no hay tiempo para concesiones. Y más esta temporada, donde los de arriba fallan poco tirando a nada. Esta jornada le ha tocado al Mallorca, que ha cedido el liderato ante el Espanyol. Tener a un delantero como Raúl de Tomás casi que lo es todo y no hace falta mucho más, incluso en esta Segunda donde el fútbol que se juega se basa en arriesgar poco y esperar al fallo del rival.
Los catalanes han sumado 42 de los 57 puntos que han disputado hasta la fecha. La progresión mete miedo. La de los rojiblancos es notable, tanto o más que cuando lograron los últimos ascensos, pero ni con esas les llega para aspirar a una de las dos plazas que dan acceso directo a Primera. Porque por mucho que se empeñe Gallego en seguir con lo de “partido a partido” para restar presión a “la quinta del cole”, el objetivo está claro.
Cualquier otra cosa será un nuevo disparo al aire. Ahora lo que les toca es cerrar el año con una sonrisa ante el Leganés, aunque a algunos les provoque ansiedad y a otros lágrimas y crujir de dientes.
