Florentino Pérez, no el dueño de ACS y adyacentes, sino el tito Floren del Real Madrid, sufre. El tito sufre por los árbitros, por esa mano negra que borra las imágenes del VAR que favorecen a los merengues y por esos comentaristas de televisión poco cariñosos con el club. Vamos, una persecución en toda regla que se pierde en la noche de los tiempos.
La novedad en la denuncia es la introducción de los narradores, que a gusto del tito critican demasiado y no ponen mucho énfasis a la hora de cantar los goles de Benzema. Bien harían Valdano y Álvaro Benito en buscarse otro pasatiempo. El tito ya se los laminó cuando era su jefe.
Tampoco deberían estar tranquilos el resto de los tertulianos, presentadores, animadores… que compaginan (que son casi todos) la tele, con la radio y la prensa deportiva capitalina. El amo ha torcido el hocico porque algo está podrido. No le cuadra que en Real Madrid TV se venda como una gesta histórica un 5-0 del cadete blanco al Orcasitas y que en otros medios la heroicidad ni se mencione.
Y todo ello el día de la mano o no mano de Sergio Ramos en Ipurúa. Para saber cómo el Real Madrid va a cubrir los 300 millones que ha perdido por el covid habrá que sintonizar “Sálvame”. Y lo de la megainversión en la obra del Nuevo Bernabéu mejor no mentarlo porque Florentino sufre, sufre mucho. Era lo que le faltaba a la distopía 2020. ¡Pobre hombre!
