Vicente Mirón es uno de los primeros españoles que han recibido la vacuna contra el covid. Lo hizo el domingo enfundado, a sus 72 años, en una camiseta de “Triana” para demostrar en su minuto “warholiano” de gloria su pasión por el flamenco-rock del grupo andaluz.
La escena tenía lugar casi al mismo tiempo que en Mareo los jugadores del Sporting se sometían a un análisis de antígenos. Y pasó lo que nadie quería. Alerta roja: posible brote de covid en la primera plantilla. Gancho directo al mentón, golpe de KO, si las PCR lo confirman todo.
Aquello que cantaba el grupo favorito de Vicente Mirón de “se oye un rumor por las esquinas”, se hace carne. Se susurran los nombres de los posibles infectados. Algunos son pilares básicos del proyecto de Gallego. Los fusiles apuntan en todas direcciones porque el cabreo dentro, fuera y debajo es de los que derrocan gobiernos.
Avisados se fueron todos de vacaciones de que anduvieran por lo segado. Hay quien teme que el ardor de la juventud le haya pasado factura a alguno y que se saltara las recomendaciones sanitarias de moverse en grupos pequeños y alternar poco tirando a nada. Gijón es como es y el temporal no impide que los rumores se extiendan.
Que si un almuerzo entre amigos, que si una cena con baile bajo la mirada cómplice de la “Lloca del Rinconín”... El catálogo de posibilidades es tan largo como el de Amazon. Lo cierto es que como se confirmen los positivos, el equipo llegará en chasis a Lugo. Con el play-off en juego no está el asunto como para andar regalando puntos. Y eso sí que no es un rumor.
