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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Sporting tras el partido de Copa: El bálsamo de la unidad

Mareo sigue estando ahí para demostrar que hay vida más allá de las cuitas del búnker de la zona abuhardillada

Cumic, durante el partido ante el Amorebieta LOF

La casa de los líos en la que se ha convertido el Sporting por culpa de la crisis del covid y su gestión tiene sus cosas positivas. Eso sí, son pocas, muy pocas a estas alturas del drama, que todavía está fresco. Como mucho poder ver en acción a los muchachos Zalaya, Trabanco, Mateo Arellano y compañía.

Antes de que pasara todo y el enamoramiento por el equipo fuera sometido a este test de estrés, el orgullo de la temporada estaba siendo, al margen de la marcha clasificatoria, “la quinta del cole”.

Así que no está mal seguir viendo debutar a nuevas criaturas, lo que demuestra que Mareo sigue estando ahí y que existe vida más allá de las cuitas del búnker de la zona abuhardillada. El viaje a Amorebieta para el partido de Copa sirvió para ver lo que hay detrás de las unidades A y B y para que el consejo rojiblanco se oxigenara un poco a pesar del temporal.

Javier Martínez incluso tuvo tiempo para una videoconferencia en la que trató asuntos de negocios. No todo va a ser fútbol ni la fiesta de disfraces del Capitolio. Hubo novedades en este frente: el vicepresidente y sus socios decidieron cerrar sus locales de ocio nocturno hasta próximo aviso.

Está por ver si la victoria en Amorebieta servirá como bálsamo para el escozor por tener que tomar una medida así. Al equipo seguro que le sirve para fortalecer la idea de que todo pasará con unión y buenos resultados, aunque sea sufriendo sobre un césped muy por debajo de la calidad media exigida y teniendo mucho ojo con los cambios por eso de las fichas profesionales.

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