El fútbol volverá a El Molinón. Lejano queda ya aquel día de finales de diciembre en el que al Sporting le escamotearon dos puntos frente al Leganés. Luego llegaron las celebraciones navideñas, las fiestas públicas, las privadas, el tardeo de Nochebuena… Vamos, el “covidgate” que ha llevado a la bunkerización de la zona abuhardillada de Mareo y a los bramidos de uno de sus habitantes, desesperado porque cree que le quieren imputar hasta la cornada que dejó viuda a la madre de Paquirrín una tarde maldita en Pozoblanco.
Ante todo mucha calma, que el tiempo y el recetario lo curan todo. Lo primero es ver cómo sigue evolucionando el Sporting, con lo justo por eso de los muchachos confinados. Los mismos que tendrán que volver a ganarse el puesto una vez que regresen a su nueva normalidad, según advertencia de David Gallego. Ya se verá lo que pasa y si habrá quien lo tenga más fácil que otros.
Pero ahora a Gallego le toca barajar las cartas que le quedan. Con ellas ha ido capeando el temporal: un punto en Lugo y la eliminatoria de Copa salvada en Amorebieta. Y en nada se sabrá lo que sucede con el Fuenlabrada, al que “Filomena” le ha amargado el fin de semana. A pesar de todo, los de Sandoval no parece que vayan a poner las cosas fáciles. Si quieren seguir en la zona noble, los rojiblancos necesitan arrancar de una vez a base de victorias tras solo dos triunfos en los últimos diez partidos. Ya es hora de una alegría.