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Pablo González

La opinión tras el Sporting-Cartagena: Aitor y Anselmo López

La expulsión del extremo del Sporting como síntoma de lo que le ocurre a los de Gallego

Una acción del Sporting-Cartagena

El Sporting salió ante el Cartagena con lo que parecían energías renovadas y con las esperadas novedades de varios de los muchachos protagonistas del “evento Sporting”. Pero el fuelle duró lo justo, alimentando el capítulo de las dudas sobre el futuro inmediato del equipo y si algunos de los que fueron antes de la crisis covid volverán a serlo. Aunque la normalidad en el once de Gallego ha llegado, y los que durante las tormentosas semanas cumplieron han vuelto al lugar de donde salieron.

Manu García fue por un momento muchacho de oro y no becerro dorado: en un suspiro cargó de tarjetas a sus marcadores, con claras instrucciones de que pasara el balón, pero no el hombre. Aunque con Manu o sin Manu, el Sporting sigue mostrando los mismos problemas de siempre para generar peligro. Si sirve de consuelo para los menos exigentes, no es un problema más grande ni más pequeño que el que sufren casi todos los equipos de la categoría. Pero no deja de ser una dificultad para que los rojiblancos vayan cumpliendo etapas en este partido a partido en busca de recuperar glorias pasadas.

Así que lo que queda es intentar marcar desde el sofá de casa. Tampoco ayuda la poca confianza que Gallego tiene en eso de hacer cambios. Ni con varios jugadores dando síntomas de agotamiento por las secuelas del covid, el catalán movió el cotarro a la primera. Y si encima aparece Aitor para pegar balonazos al busto de Anselmo López y al cuadro de la Virgen de Covadonga que hay en el túnel de vestuarios de El Molinón, pues ocurre lo que ocurre.    

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