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La opinión sobre el momento del Oviedo: Exigir el play-off es un disparate

El objetivo del equipo azul en la sexta temporada en Segunda

Un entrenamiento del Real Oviedo Miki López

El Oviedo lleva 81 jornadas consecutivas sin ocupar puestos de promoción de ascenso a Primera. Seis temporadas desde el regreso a Segunda y los dos últimos años fuera de los puestos nobles, trayectoria claramente ascendente, como se ve, con sus consiguientes motivos para celebrar, derbi va, derbi viene.

Como el Oviedo tiene el octavo presupuesto de la categoría no hay que exigirle más que el octavo puesto en la tabla en junio, que para eso esto es un juego y se compite, para que la clasificación final la ordene el dinero, no los goles.

Exigir el play-off al Oviedo es una barbaridad porque se presiona demasiado a los muchachos y luego, por dar la murga toda la semana con el tema, se pierde ante el Albacete en parte por eso, por ese extra de presión intolerable que emana de un entorno exigente como el que más. Ya lo dijo Paredes hace unas semanas en las páginas de este periódico: la ambición este año está por las nubes.

Además, no hay que olvidar que el Oviedo viene de donde viene, frase que lo soporta todo. Como bien venían de donde venían el Mallorca, el Elche o el Cádiz, sin ir más lejos. O el Eibar, si se quiere, yendo más lejos. Pero nada, excepciones que osaron celebrar ascensos en vez de permanencias.

Y, luego, para optar al play-off hay que tener gol. Y lo caro que está el gol en este año pandémico que cierra la puerta a delanteros consagrados que garanticen mínimo 20 goles, como Joselu en su día, cuatro años de contratazo para cumplir la misión, fenomenalmente cumplida, de dejar al equipo a las puertas de Primera.

Lo de apelar a la pata histórica de este club para pedir de partida el play-off es directamente un pisotón intolerable a la memoria embarrada de 2003, como si figurar pese a todo entre los veinte primeros en la clasificación histórica de LaLiga te diera hoy estatus de algo y comportara obligaciones. Qué va, mucho mejor la grandeza en la hemeroteca o en la historia, poca cosa más allá de aquel icónico año, que en la exigencia.

Y está claro que bajo ningún concepto se puede pedir play-off de ningún tipo cuando el césped está como está, o el VAR actúa como actúa, o LaLiga reajusta los límites salariales a su antojo, o no tienes el aliento de la afición, o te golpea el covid o no se puede hablar de los objetivos del equipo hasta marzo, que es cuando se forman las plantillas, y no en verano.

Ahora que Carso obró el milagro de la deuda cero, y que no para de apoquinar para mantener esto a flote, exigir el play-off al Oviedo es más que nunca un auténtico disparate.

Así que, en la sexta temporada desde el regreso a Segunda, toca, por supuesto, sentar las bases. Año de transición, renovación de Ziganda, renovación de Arnau, chavales al verde, proyecto... Y seguro que el año que viene es el año.

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