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La opinión del Oviedo Baloncesto: Por encima de las expectativas

Oluyitan durante el partido del Oviedo Baloncesto ante el Cáceres Miki López

El Oviedo Baloncesto ya ha conseguido su objetivo para esta extraña temporada, que no era otro que la permanencia. A partir de ahora a los jugadores azules lo que les queda es disfrutar con el deporte que les apasiona e intentar llegar lo más adelante posible en la competición. Los más jóvenes integrantes de la plantilla del Liberbank han adquirido experiencia y tono competitivo para abordar la segunda fase de la Liga con ilusión renovada. Y lo mismo les sucede a los veteranos Oliver Arteaga y Saúl Blanco, que después de comprobar los problemas que tuvo el club para conformar el equipo por dificultades económicas han visto como éste ha llegado a ser realmente competitivo; al menos así lo ha venido demostrando en los últimos encuentros disputados.

Natxo Lezkano y sus jugadores han superado con creces las expectativas creadas por un equipo totalmente renovado (sólo continúa de la temporada pasada Arteaga) y con varios de sus integrantes muy jóvenes y sin ninguna experiencia en la potente segunda categoría del baloncesto español. Y esta bisoñez se notó, claro que se notó en algunos partidos, sobre todo en el disputado en La Coruña ante el Leyma. Pero también les sirvió de aprendizaje a los carbayones: hubo un antes y un después tras aquel varapalo. Los gallegos aún tienen que visitar Pumarín y habrá que ver cómo responde el Oviedo. Será una buena prueba para ver la evolución de los de Lezkano.

Es evidente que el Liberbank le tenía ganas al Cáceres tras la fuerte derrota que le habían infligido los extremeños en la primera vuelta. De esta manera los azules salieron ayer muy enchufados al partido, conscientes también, ¡cómo no!, de lo que se jugaban en el encuentro, nada menos que evitar el grupo de clubs que lucharán por mantener la categoría.

No hubo color. El de ayer fue el partido más plácido del Oviedo en casa de lo que va de Liga. Pero con mucha diferencia. Los cacereños apenas opusieron resistencia. Ya perdían por 13 puntos en el primer cuarto y en ningún momento dieron sensación de poder ni tan siquiera acercarse a un muy atinado Liberbank, que llevó el encuentro por donde quiso en todo momento, tanto en defensa como en ataque. Y que lo hizo utilizando a todos los integrantes de la plantilla (excepto Saúl Blanco, algo tocado), concediendo su técnico muchos minutos a quienes suelen jugar un papel más secundario en las rotaciones. Lezkano da confianza y sus jugadores le están respondiendo adecuadamente. Prácticamente sin excepciones. Un mérito sobre todo del entrenador.

Si hay un baloncestista que no deja de sorprender a los aficionados ovetenses ese es el joven base norteamericano Speight. Bajito, llegó de incógnito, pero con muchas ganas de aprender. Ahora, jornada tras jornada se está encargando no sólo de hacer jugar a sus compañeros sino también de convertirse en protagonista, de asumir el mando y anotar cuando el equipo lo necesita. Se está transformando en el jugador más regular de los asturianos y sus triples son ya el habitual balón de oxígeno de los azules cuando parece que algo se atasca, que algo no funciona en su ataque.

A partir de ahora será indispensable la participación de todos los miembros del combinado asturiano para luchar contra plantillas mucho más opulentas y con más experiencia, sobre todo si se alcanza el play off. Por eso, por ejemplo, es digno de destacar que Bartolomé fuese ayer el oviedista con más minutos en cancha. O el rol protagonista de Oluyitan, con 13 puntos y tres triples de cuatro intentos.

El Oviedo Baloncesto ya ha conseguido su objetivo para esta extraña temporada, que no era otro que la permanencia. A partir de ahora a los jugadores azules lo que les queda es disfrutar con el deporte que les apasiona e intentar llegar lo más adelante posible en la competición. Los más jóvenes integrantes de la plantilla del Liberbank han adquirido experiencia y tono competitivo para abordar la segunda fase de la Liga con ilusión renovada. Y lo mismo les sucede a los veteranos Oliver Arteaga y Saúl Blanco, que después de comprobar los problemas que tuvo el club para conformar el equipo por dificultades económicas han visto como éste ha llegado a ser realmente competitivo; al menos así lo ha venido demostrando en los últimos encuentros.

Natxo Lezkano y sus jugadores han superado con creces las expectativas creadas por un equipo totalmente renovado (sólo continúa de la temporada pasada Arteaga) y con varios de sus integrantes muy jóvenes y sin ninguna experiencia en la potente segunda categoría del baloncesto español. Y esta bisoñez se notó, claro que se notó en algunos partidos, sobre todo en el disputado en La Coruña ante el Leyma. Pero también les sirvió de aprendizaje a los carbayones: hubo un antes y un después tras aquel varapalo. Los gallegos aún tienen que visitar Pumarín y habrá que ver cómo responde el Oviedo. Será una buena prueba para ver la evolución de los de Lezkano.

Es evidente que el Liberbank le tenía ganas al Cáceres tras la fuerte derrota que le habían infligido los extremeños en la primera vuelta. De esta manera los azules salieron ayer muy enchufados al partido, conscientes también, ¡cómo no!, de lo que se jugaban en el encuentro, nada menos que evitar el grupo de clubs que lucharán por mantener la categoría.

No hubo color. El de ayer fue el partido más plácido del Oviedo en casa de lo que va de Liga. Pero con mucha diferencia. Los cacereños apenas opusieron resistencia. Ya perdían por 13 puntos en el primer cuarto y en ningún momento dieron sensación de poder ni tan siquiera acercarse a un muy atinado Liberbank, que llevó el encuentro por donde quiso en todo momento, tanto en defensa como en ataque. Y que lo hizo utilizando a todos los integrantes de la plantilla (excepto Saúl Blanco, algo tocado), concediendo su técnico muchos minutos a quienes suelen jugar un papel más secundario en las rotaciones. Lezkano da confianza y sus jugadores le están respondiendo adecuadamente. Prácticamente sin excepciones. Un mérito sobre todo del entrenador.

Si hay un baloncestista que no deja de sorprender a los aficionados ovetenses ese es el joven base norteamericano Speight. Bajito, llegó de incógnito, pero con muchas ganas de aprender. Ahora, jornada tras jornada se está encargando no sólo de hacer jugar a sus compañeros sino también de convertirse en protagonista, de asumir el mando y anotar cuando el equipo lo necesita. Se está transformando en el jugador más regular de los asturianos y sus triples son ya el habitual balón de oxígeno de los azules cuando parece que algo se atasca, que algo no funciona en su ataque.

A partir de ahora será indispensable la participación de todos los miembros del combinado asturiano para luchar contra plantillas mucho más opulentas y con más experiencia, sobre todo si se alcanza el play off. Por eso, por ejemplo, es digno de destacar que Bartolomé fuese ayer el oviedista con más minutos en cancha. O el rol protagonista de Oluyitan, con 13 puntos y tres triples de cuatro intentos.

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