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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

La opinión sobre el Sporting-Alcorcón: Extrema dependencia

La labor de Pablo Pérez y Campuzano ante la ausencia de Djuka

Por si alguien tenía alguna duda, el partido frente al Alcorcón sirvió para confirmar la extrema dependencia que el Sporting de David Gallego tiene de Uros Djurdjevic, fichado en tiempos del malogrado y justamente olvidado Miguel Torrecilla y hecho delantero en el primer proyecto de Javi Rico. Cuando 20 de los 36 goles de un equipo llevan la misma firma, sobran las palabras. Ayer, los dos atacantes que trataron de suplir al montenegrino por vía paterna demostraron que andan sobrados de actitud, pero que tienen problemas de aptitud para dar con el gol. El exceso de errores se pagó con dos de los tres puntos, que debió ser el botín, de acuerdo al juego desarrollado.

Pablo Pérez es de sobra conocido por las pacientes gentes rojiblancas. Al canterano nadie le puede reprochar empuje cada vez que tiene una oportunidad. Y nadie debería negar tampoco que esta temporada, sin público en las gradas, está rindiendo a un nivel por encima de lo que era habitual. Pero tiene un lastre difícilmente subsanable con el paso del tiempo: a menudo reacciona varias centésimas más tarde de lo que exige la categoría. Y en el fútbol profesional eso son siglos.

Menos familiarizado está el aficionado medio con Campuzano, apuesta personal del entrenador y única del rácano mercado de invierno. Aparenta ser un jugador ágil y competitivo, con un toque de pillo, pero aún no ha visto puerta. Una tara fatal en la vida de cualquier punta que se precie. En este caso, no queda otra que apelar a la paciencia.

Los pronósticos se cumplieron a medias: sin Djuka no hay gol, pero el VAR dejó de ser por un día un arma de destrucción masiva contra el Sporting. Para tranquilidad de las bocas calladas.  

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