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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Sporting: Un modelito atípico

La liada con la camiseta morada y el pantalón blanco en Tenerife: un uniforme no apto para pieles sensibles

Nacho Méndez, con el uniforme de la polémica, en el partido ante el Tenerife LOF

Antes se llamaban ingresos atípicos. Era aquel “ring, ring, caja” que los clubes hacían cuando se embolsaban dinero al margen de las cuotas de los socios o las entradas. Era la pasta que llegaba, por ejemplo, gracias a la venta de lotería, el bingo o por la publicidad del brandy Fundador en las vallas del campo. Luego apareció el maná de las televisiones y lo atípico se convirtió en lo único. Incluso cambió de nombre y de idioma para parecer más moderno.

Hoy en día el merchandising lo gobierna todo. No manda tanto como la televisión, pero influye. Y mucho. Tanto, que no pasa nada por acabar vistiendo a un equipo con los colores de otro. El morado podemista de la zamarra que el Sporting lució en Tenerife no es el azul Oviedo. Tampoco los televisores del común de los mortales rojiblancos tienen la definición y la calidad de color a la que están acostumbrados Tebas y compañía. Y si se remata el cuadro con unos pantalones blancos, pues que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando la parroquia casi que protesta más porque el Sporting haya sido el Oviedo por un día que por la segunda derrota consecutiva.

Lo de ser propietario-ejecutivo de un club de “fúrgol” va camino de convertirse en el empleo del siglo: sueldo de lujo, pero responsabilidades low cost. La culpa, del entrenador, del director deportivo, de la prensa, de Tebas y, ahora, de la maquinita

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Con la cantidad de combinaciones posibles que hay, la maquinita que elige los modelos fue a decantarse por el menos apropiado para las pieles sensibles. Y encima, en las vísperas de un derbi. Lo de ser propietario-ejecutivo de un club de “fúrgol” va camino de convertirse en el empleo del siglo: sueldo de lujo, pero responsabilidades low cost. La culpa, del entrenador, del director deportivo, de la prensa, de Tebas y, ahora, de la maquinita. Aunque realmente en este caso no hay nada atípico. Es lo de siempre.

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