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Alberto Menéndez

La opinión sobre el Oviedo-Las Palmas: Una gran oportunidad desperdiciada

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Real Oviedo - Las Palmas IRMA COLLÍN

El Oviedo puso en la tarde de ayer toda la carne en el asador, sobre todo en la parte final del encuentro, para llevarse los tres puntos ante Las Palmas, pero con el esfuerzo solo no basta, es indispensable que éste vaya acompañado de un porcentaje, aunque sea mínimo, de calidad y de acierto ante el gol. Y los de casa no tuvieron ni una cosa ni otra. Ya les había sucedido a los azules en Castellón, en donde perdieron después de que los levantinos no dispararan ni una vez a la portería de Femenías en todo el partido. Y ayer más de lo mismo, los canarios no contaron ni con media ocasión de gol y se llevaron un punto. Sin embargo, el Oviedo tanto en uno como en otro partido contó con oportunidades claras de marcar. Ciento ochenta minutos de total sequía ante la portería rival. Y ya suman siete jornadas sin conocer la victoria.

No están los oviedistas para desperdiciar ocasiones como la de ayer para despegarse de los puestos de descenso. Sobre todo, tras la expulsión de Jesé, que hizo que los canarios retrasaran aún más sus líneas. Una victoria ante los de Pepe Mel les hubiera dado no solo cierta tranquilidad para abordar la parte trascendental de la competición, si no lo que quizás sea más importante ahora, la confianza suficiente para creer en su juego, para creer en que, teóricamente, cuentan con mimbres suficientes para finalizar la actual Liga en puestos tranquilos, sin los agobios del pasado año. El pozo está ahí y los temores también.

Muy colocado y con una consigna muy clara por parte del Cuco Ziganda, no cometer errores defensivos para no tener que ir de nuevo a contracorriente como en muchos de los anteriores enfrentamientos. Así salió ayer el Oviedo al césped del Carlos Tartiere (por fin en buenas condiciones, ¡ya era hora!). Y ciertamente el entrenador azul logró su primer objetivo: no hubo fallos y los jugadores de Las Palmas no tuvieron ni una ocasión de gol en los primeros 45 minutos. Ni tampoco en la segunda mitad. Tampoco es que se esforzaran mucho.

Tan bien colocados estuvieron los carbayones en el primer tiempo que es que prácticamente nadie se movió de su sitio para intentar romper con alguna jugada con imaginación la defensa canaria. Todo volvió a ser así demasiado previsible, aburrido, aunque también es verdad que el único peligro en esta primera fase del partido lo creó el Oviedo. A destacar sobre todo un disparo de Tejera, con fuerza, pero demasiado centrado, que logró repeler el portero de la Unión Deportiva. Luego hubo varias galopadas más de los oviedistas pero que quedaron en nada al fallar el último pase, un mal que arrastran ya desde hace demasiado tiempo.

En los minutos finales los de Ziganda tuvieron todo de cara para haber marcado, sobre todo porque los canarios mostraron ciertas debilidades defensivas, probablemente fruto del cansancio. No así su portero, Valles, que estuvo seguro en todo momento y al que sin lugar a dudas le deben el empate sus compañeros. Pero seguro que con un poco menos de precipitación los azules hubieran podio acertar en alguna de sus oportunidades.

A lo mejor es que los oviedistas están dejando todo su bagaje ofensivo para el próximo fin de semana en El Molinón. Aunque eso sí, una derrota en el derbi les pondría en una muy complicada situación no sólo deportiva sino sobre todo anímica.

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