Como todo buen capitán, ya sea de barco pirata, de crucero de lujo o de chalupa de fin de semana, David Gallego sabe quién está abordo, quién tiene capacidad para liderar un motín y cuántos han abandonado la nave al primer golpe de mar. Lo dejó muy claro en su análisis tras la victoria de su Sporting ante el Lugo, que el técnico rojiblanco arrancó con un “había mucha gente que ya nos daba por liquidados”, para luego animar a los 500 que según sus cuentas se bajaron del barco –ni uno más, ni uno menos– a retornar al calor del buque rojiblanco, donde Gallego promete que hay sitio para todos.
Cosas del sentido del humor del míster, o no, que por momentos durante la “final” ante los lucenses se le vio –también a Djuka– necesitado de valeriana. La casi infinita Segunda enfila su recta final en su formato liguero y las fuerzas de todos empiezan a flojear. Y en algunos casos, también las ideas, con partidos en los que a bastantes de los habitantes de esta nuestra categoría se les nota más espesos de lo normal.
De momento, y con la tormenta que se produjo por tantas jornadas sin ganar alejándose, el rumbo sigue fijado hacia Primera. Que la aventura, al igual que el recuento de Gallego de los que se suben y bajan, acabe bien.
Pero muchos ganan. Ahí está el Girona, próximo rival del Sporting y el único que da la sensación de que le puede meter el miedo en el cuerpo a Gallego y su tripulación. Pero de momento, y con la tormenta que se produjo por tantas jornadas sin ganar alejándose, el rumbo sigue fijado hacia Primera. Que la aventura, al igual que el recuento de Gallego de los que se suben y bajan, acabe bien.
