El covid se ha vuelto a colar en la actualidad del “fúrgol”, que diría el que estuvo en el sillón antes que Rubiales. El positivo de Busquets hace temblar los cimientos de la Roja de Luis Enrique antes de empezar la Eurocopa. Hay que esperar, pero estrenarse en un torneo de tanto nivel con solo un par de entrenamientos en las piernas por eso del protocolo y la cuarentena no augura nada bueno. De un tiempo a esta parte, y coincidiendo con el advenimiento de Rubiales, la suerte no sonríe a los de (casi) todos nosotros: ahí están las hemerotecas para repasar el episodio del asalto con nocturnidad del tito Floren en Krasnodar que acabó con el despido de Lopetegui en la previa del debut de España en el Mundial de Rusia.
En realidad, y salvo honrosas excepciones y el ciclo dorado de Eurocopa-Mundial-Eurocopa, la selección siempre ha vivido entre la decepción, el escándalo y el fracaso. Al menos, Luis Enrique se librará de la cantinela de Sergio Ramos y de si Laporte se sabe el “Banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda”.
En la casa azul lo único que se sabe es que el Cuco analiza vídeo tras vídeo y se relaja haciendo running. Finalizados los homenajes por los caídos en Normandía, los carbayones siguen buscando al director deportivo ideal
Esto, en Madrid. Mientras, aquí, “en el Norte está lleno de frío”, el Sporting puede añadir a otro internacional absoluto a su lista después de que los que mandan hayan convertido a la Rojita en la Roja por un día. ¿Y el Oviedo? Pues en la casa azul lo único que se sabe es que el Cuco analiza vídeo tras vídeo y se relaja haciendo running. Finalizados los homenajes por los caídos en Normandía, los carbayones siguen buscando al director deportivo ideal. No hay prisa. Hasta San Fermín queda tiempo de sobra.
