La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre la Eurocopa, el Oviedo y el Sporting: Luis Enrique y los empaladores

Ocurra lo que ocurra ante Italia, el éxito de la Roja es enorme y tiene dueño a pesar del dolor que cause entre los "haters": Luis Enrique

Luis Enrique celebra la victoria ante Suiza EFE

Siempre que se le pregunta por el gol del siglo, el de Maradona a Inglaterra en México 86, su relator, el periodista Víctor Hugo Morales, cuenta que una de las razones por las que le salió del alma aquel “barrilete cósmico”, aquella “corrida memorable” que acabó en la “jugada de todos los tiempos” fue porque la victoria ante los ingleses le daba la razón. El locutor uruguayo había defendido contra buena parte del gremio que aquella selección iba a hacer algo grande en el Mundial. Y el gol de Maradona en cuartos así lo demostró, con los argentinos lanzados ya imparables a las semifinales y a la final.

En esta querida España, la de todos, no la de Luis Enrique y sus muchachos, las cosas siguen funcionando de manera parecida. Solo falta un Víctor Hugo Morales que le ponga voz y construya un relato místico sobre lo que está haciendo la Roja como grupo a falta de una estrella, de un jugador top. Por lo demás, sobran voluntarios para empalar, como dice el seleccionador, a quien haga falta. Si sigue en pie lo de que esta era una selección en proceso de reconstrucción, ya podrá decirse que llegar a semifinales es un éxito enorme ocurra lo que ocurra ante Italia.

Solo falta un Víctor Hugo Morales que le ponga voz y construya un relato místico sobre lo que está haciendo la Roja como grupo a falta de una estrella, de un jugador top

decoration

También debería seguir siendo válido aquello de que a la mayor parte de los jugadores no los conocen ni en su casa y que son como chinos: todos iguales e intercambiables entre sí sin que se note. Por tanto, el éxito de la Roja tiene dueño a pesar del dolor que cause entre sus amigos empaladores, que son legión después de tanto tiempo sembrando tormentas. Pero la fórmula funciona, así que honor y gloria para Luis Enrique, castigo de herejes y empaladores.

Compartir el artículo

stats