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Vidal Gago Pérez

La opinión sobre el éxito de un equipo de cantera: La fuerza del compromiso

A las chicas del equipo cadete del Balonmano Base

“En el deporte no hay fracaso si hay empeño aunque no haya resultados. Se puede fracasar ganando y tener éxito perdiendo”.

Juan de Dios Román

Acabó el curso. Terminó también la temporada deportiva de los Juegos Escolares del Principado. En realidad dos, puesto que la anterior hubo de cancelarse a causa del encierro. Ésta comenzó muy tarde y tuvisteis que jugar a golpes, con varios partidos cada fin de semana. Finalizó con éxito y alegría pese a todo.

Sólo ha sido posible por el compromiso que habéis demostrado durante todo este tiempo. Lejos quedan los entrenamientos en casa durante el confinamiento, que os ofrecían una pequeña ventana de escape a la reclusión. Y durante este curso con mascarilla en el Palacio los lunes, martes y jueves, con salida apresurada para que vosotras y vuestros entrenadores llegarais a casa antes de la hora del toque de queda. Además, no pudisteis disfrutar de la competición hasta bien avanzado el presente año. Algunas de vuestras compañeras lo dejaron, bien “motu proprio”, bien por el temor de sus padres a que pudieran contagiarse. Es entendible, pero vosotras persististeis.

Hay que agradecerle al Balonmano Base Oviedo que impulsara la sección femenina de los equipos del club. Ya había habido otros que tuvieron excelentes resultados, pero no tuvo continuidad. Hace ahora cuatro años que Pepe Rionda se empeñó en que siguierais unidas a la entidad, aunque aquello no fue fácil. Algunos padres no creyeron en el proyecto y apearon a sus hijas dejándonos mermados en número, sólo en eso. Bien dijo Tolstoi que hay quien va por el bosque y sólo ve leña para el fuego. Recordamos ahora con una sonrisa aquellos partidos que nos hacían sufrir por los abultados resultados en contra pese a que siempre disteis la cara y pusisteis lo mejor de vosotras.

Desde entonces os ha tocado multiplicaros para jugar en más de una categoría a la vez, en los campeonatos autonómicos y en los torneos a los que os hemos acompañado en Portugal o en Navarra. De este último es precisamente la fotografía que resume vuestro esfuerzo. Era el Domingo de Pascua de 2019 en Pamplona y recoge el final del último partido que jugasteis aquella Semana Santa. En la imagen sólo estáis cuatro de vosotras, exhaustas, pero el abrazo abarca a todo el equipo que corrió de un pabellón a otro, a veces sin comer, porque se solapaban los horarios. Demostrasteis de nuevo vuestro compromiso recompensado con la inmensa satisfacción del deber cumplido, más allá del resultado, porque habéis sabido formar equipo dentro y fuera de la cancha. Acudís igual a una ayuda en defensa que a echar una mano con los deberes de matemáticas cuando alguna de vosotras lo ha necesitado.

Quizá por todo eso habéis disfrutado doblemente el haber ganado el campeonato asturiano este año. Era impensable hace bien poco, más teniendo en cuenta la categoría de vuestras rivales que cuentan con jugadoras formidables: Rebeca, que desafía la gravedad como si bailara en el Bolshoi antes de mandar el balón a la escuadra; Tuti o Lisa lanzando obuses desde La Calzada, aunque el partido se juegue en Oviedo; o Patri, que dirige a su equipo con ese carácter que conjuga la determinación de las abuelas de Villamanín con lo más enérgico de las extintas comandantes de la DDR.

La victoria tuvo el premio de disputar la fase del sector en Fuerteventura donde volvisteis a demostrar coraje y sacrificio. Lástima que no dispusieseis de tiempo para conocer algunas cosas de aquella isla. Os hubiera venido bien que os contaran cómo un ingeniero de caminos –Jafo– y un escultor –Chillida– se plantearon vaciar una montaña, el Tindaya, para que los visitantes se sintieran minúsculos en su interior dentro de un enorme cubo en el que penetrara la luz. Tampoco os contaron que Unamuno estuvo desterrado allí y que el día antes de partir desde Salamanca se despidió de sus alumnos con una frase célebre: “Para el próximo día, la lección siguiente”. Esas lecciones que tendréis que seguir aprendiendo, que tienen tanto en común el deporte y la academia. Por hoy quedaos con que el rector bilbaíno explicó que “vencer no es convencer” y que Juan de Dios Román, que lo fue todo en vuestro deporte, aseguraba que “las derrotas se celebran menos que las victorias, pero enseñan más que éstas”

Para terminar sólo os voy a pedir que cuando comencéis la próxima temporada y coincidáis con el presidente de la Federación en algún partido, le recordéis que han ido desapareciendo equipos contra los que habéis jugado otros años: Riosa, Turón, Ribadesella o Cerredo. Hacedle ver que si vuestro compromiso tiene la recompensa de la continuidad no ocurre lo mismo con el de todas aquellas personas que han intentado dar una oportunidad a escolares de localidades alejadas del centro de la región. Que no se olvide de ello y dedique más esfuerzo y presupuesto a llevar el balonmano a esos lugares, aunque tenga que detraerlo de lo que os toque a vosotras. Habrá quien piense que saldrá perdiendo, pero como ya habéis entendido eso será un éxito para todos, uno de los que de verdad merecen la pena.

Ah… Y disfrutad del verano. ¡Aúpa Base!

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