El torneo olímpico que está haciendo Pablo Carreño demuestra que es un jugador consolidado. Es el cabeza de serie número 6, es decir, uno de los favoritos del torneo. Ya no es la sorpresa que pudo ser en otro momento de su carrera. Juega muy bien en pista rápida y ya había ganado alguna vez a Medvedev.

Además, Pablo llegó a Tokio con mucha confianza después de ganar en Hamburgo. Rodado y con mucha moral. Hasta ayer no había tenido un cuadro muy difícil, así que el partido con Medvedev resultaba clave. Pablo había perdido contra él en Mallorca, pero no era una buena referencia porque allí se jugó en hierba, muy diferente a la pista de Tokio.

Ahora toca Khachanov, otro jugador ruso que pega muy fuerte a la bola. Para mí, Pablo es el favorito para clasificarse para la final, pero depende mucho de cómo le salgan las cosas a Khachanov porque juega con mucho riesgo y de repente puede hacer un partido muy bueno.

Lo que hay que pensar, ocurra lo que ocurra ahora en Tokio, es que Carreño está en un momento de plenitud de su carrera deportiva. Antes con 30 años, los jugadores empezaban la cuesta abajo, pero a Pablo todavía le queda mucho tiempo para estar entre los mejores. Es un tío muy serio en la pista y muchas veces los resultados dependen del nivel de confianza con que llegues a un torneo. Y a él Hamburgo le dio mucho ánimo.

Ahora mismo es el decimoprimero en el ranking ATP, pero a este nivel ser el octavo o el décimo no supone ninguna diferencia. Pablo ha tenido altibajos y lesiones, como todos, pero ahora está en una línea que va a tener oportunidades en torneos grandes. Roger Federer ya ha bajado en la clasificación y hay bastantes jugadores que pueden meterse en las rondas finales porque, además, en los torneos siempre pasa algo con los favoritos. En los próximos años va a haber un cambio generacional importante y los 15 o 20 primeros de la clasificación mundial van a tener sus oportunidades. Y Pablo Carreño es, sin duda, uno de ellos.