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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Sporting, el Oviedo y los Juegos: Carreño y las pachangas de verano

El tenista tiene en su mano hacer historia, el Oviedo sólo es superado por el Avilés en el número de fichajes y en el Sporting se desayuna, se come, se cena y se sueña con el Puma

Pablo Carreño celebra su victoria ante Medvedev EFE

Los Juegos Olímpicos enfilan su última semana. El covid más o menos se mantiene a raya y no se conocen grandes líos por culpa de las estrictas medidas aplicadas por los nipones para controlar a los deportistas y demás familia olímpica. Aunque la noche es joven y nunca es mal momento para convertir un pedacito de la Villa Olímpica en una residencia de estudiantes después de los exámenes. Pero lo importante son los nuestros. Carreño tiene en su mano hacer historia. Se sabrá pronto gracias a la diferencia horaria con el país en el que cuentan que amanece a las cuatro de la madrugada.

Mientras, aquí en casa, en Gijón ya se desayuna, se come, se cena y se sueña con el Puma. El panameño deshoja la margarita mientras recupera el aliento tras su participación en la Copa de Oro con su país. ¿Y a 28 kilómetros? Pues el Oviedo sigue presentando a jugadores. Todo lo que sea necesario para hacer realidad el sueño de una afición que aspira a una temporada alejada de los grises y el rojo alerta máxima de los últimos años. Puede decirse casi sin miedo a equivocarse que en Asturias solo el Avilés ficha más que el Oviedo. Parece ser que la era post-Tejero, aquella de exóticos gestores subcontratados que iban y venían, ha dejado paso a una nueva etapa en la que se está recuperando la ilusión de una hinchada que no quiso ser cómplice de aquello.

Nunca las pachangas veraniegas fueron indicador de algo bueno ni de algo malo. Y si no hagan una prueba: revisen cómo fueron los veranos de los campeones y de los que firmaron un año nefasto y se llevarán alguna sorpresa. Lo demás, fuegos artificiales

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Ahora está por ver si la fuerte apuesta de la nueva propiedad no depende únicamente de un éxito deportivo inmediato y si el castillo resiste si llegan las tempestades. Por lo demás, y sin salir del “fúrgol” de la madreñina patria, a algunos les empiezan a entrar los nervios por los resultados de los amistosos. Nunca las pachangas veraniegas fueron indicador de algo bueno ni de algo malo. Y si no hagan una prueba: revisen cómo fueron los veranos de los campeones y de los que firmaron un año nefasto y se llevarán alguna sorpresa. Lo demás, fuegos artificiales para entretener al pelotón de los torpes con el ruido de los petardos y las luces brillantes.

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