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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre Messi, el Oviedo y el Sporting: Mudanzas y regresos

Pochettino ejerce de entrenador y Messi se enfada, JAL visita su casa, y el Oviedo, de fiesta

Messi mira incrédulo a Pochettino tras ser sustituido EFE

Pochettino va camino de quedarse solo con el Mauricio después de que se le ocurriera ejercer su labor de entrenador del PSG cambiando a Messi. El astro argentino no ha acabado de desembalar los trastos de la mudanza Barcelona-París y ya ha sido más veces protagonista por lo de alrededor que por lo de dentro.

No parece que haya dejado en la Catalonia el maletín nuclear, ese con el que hizo y deshizo a su antojo (y al de su padre) en el Barça, y que llevó al Tata Martino a decirle que no hacía falta que le demostrara todos los días que tenía la capacidad de mandarlo a la cola del paro con solo una llamada al presidente.

Así, a vuelapluma, da la sensación de que Messi ya se ha dado cuenta de que París no es Barna, que el PSG no deja de ser un equipo del segundo escalón europeo, que el final está más cerca que el principio y que el único objetivo permitido en la jaula de oro catarí es el de ganar la Liga de Campeones.

Adoptando como propia la teoría que Antonio Rico expuso en estas páginas sobre que el PSG ha conseguido lo impensable, reunir a todo el planeta “fúrgol” en torno al odio al club parisino y al deseo de que Messi, Neymar, Mbappé y/o Sergio Ramos no ganen ni en los entrenamientos, el “10” corre el peligro de convertirse en el oscuro objeto del deseo de los haters de la vida y que cada uno de sus tropiezos de aquí a la conclusión de su carrera sean más celebrados que sus éxitos. Así que mejor abrazar al técnico cuando lo cambie esbozando una sonrisa de anuncio de pasta de dientes.

El “10” corre el peligro de convertirse en el oscuro objeto del deseo de los haters de la vida y que cada uno de sus tropiezos de aquí a la conclusión de su carrera sean más celebrados que sus éxitos

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Mientras, aquí abajo (o arriba, según se mire), en la tierra, Oviedo y Sporting se sacuden la resaca de la pasada jornada. Montiel, el ojito derecho de Rubén Reyes, se cuadra y se pone a las órdenes del Cuco. Listo el muchacho, que no entra al trapo de futuribles polémicas. En el nuevo San Mateo que llega a su fin no hay tiempo para casi nada, salvo para recordar que hace 30 años los azules jugaron su primera y última eliminatoria de la UEFA.

También está de celebración el Sporting, con bastantes más participaciones europeas, que ahora anda inmerso en la tarea de rematar lo que se le escapó el curso pasado a última hora. Para ello tendrá, entre otras muchas más cosas, que superar al Málaga de José Alberto. JAL regresa a Gijón con ganas de mostrar lo que ha aprendido desde que le echaron de casa. Veremos en qué acaban estas historias de mudanzas y retornos.

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