El Oviedo saca pecho por “resucitar” a jugadores que en sus anteriores equipos habían estado malviviendo (futbolísticamente) y que ahora son locomotoras del proyecto azul que recién comienza, que diría un argentino. En Gijón, el debate de la semana pasa por el centro de la defensa: de por qué siempre juega Valiente y Borja López ha pasado a ser el último de la fila. Son los estados de ánimo del “fúrgol”.
Los azules ven el vaso medio lleno tras salvar un punto en Ibiza. Los rojiblancos, aunque satisfechos con la imagen dada, buscan culpables, explicaciones y lo que haga falta a la derrota en Ipurúa. Dentro de unos días la historia puede ser a la inversa. Así es la dura vida alrededor de un balón, donde la alegría y la tristeza duran lo que duran. De todas formas, y a la espera de que la competición tome velocidad de crucero y se adentre en esos días en los que los operarios municipales retiran las luces de Navidad, la temporada va pintando bien para los grandes del balón astur.
Así es la dura vida alrededor de un balón, donde la alegría y la tristeza duran lo que duran. A la espera de que la competición tome velocidad de crucero, la temporada va pintando bien para los dos grandes del fútbol asturiano
Luego los puntos y las exigencias de cada uno dirán si se ha cumplido el objetivo, que ambas aficiones tienen claro y que, además y sin que sirva de precedente, no se vaya a enfadar alguno, coincide. Días felices en tiempos pandémicos, de erupciones de volcanes a pares y de crisis en el Barcelona. Porque por la salud mental de la tropa habrá que descartar que la tortura por capítulos y retransmitida en directo de Koeman sea otra señal de que se acerca el fin del mundo. O sí. O no. O vaya usted a saber.
