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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

Antonio Rico

El pícaro viento del norte, la cuadratura del círculo y Ansu Fati

La reaparición del jugador de Barça en plena crisis de los de Koeman

¿Cómo se explica lo que ocurrió con Ansu Fati la pasada jornada de Liga en esos diez minutos finales en el Camp Nou? ¿Cómo podemos entender ese fogonazo de agilidad, desparpajo y delicadeza que deslumbró a todos los futboleros y metió la esperanza en el cuerpo de todos los culés? Como Espartaco en la película de Kubrick, queremos saber. Cuando Varinia, un poco perpleja, pregunta a Espartaco qué es lo que quiere saber, el esclavo rebelde responde que lo quiere saber todo. ¿Por qué las estrellas caen y los pájaros no? ¿Dónde va el Sol por la noche? ¿Por qué la Luna cambia de forma? ¿De dónde viene el viento? Queremos saberlo todo. ¿Por qué las estrellas como Coutinho caen y los pájaros como Ansu Fati no? ¿Dónde va el talento de tantos buenos futbolistas cuando llega la noche a sus equipos y los aficionados suplican por un poco de luz? ¿Por qué hay equipos que son capaces de cambiar de forma para que nada cambie, mientras que otros pretenden que todo cambie para que no haya que cambiar de forma? Demonios, ¿de dónde viene ese viento del fútbol que, como hace el pícaro viento del norte con la maravillosa Vianne Rocher en la película “Chocolat”, obligó a Ansu Fati a moverse por el terreno de juego como Vianne viajaba en busca de nuevos mundos donde abrir su chocolatería?

¿De dónde viene el viento? En “Espartaco”, Varinia explica a Espartaco, con inmensa dulzura, que el viento viene de una cueva. En el lejano norte, un dios vive en esa cueva. Sueña con una muchacha, y suspira. Y el viento de la noche empieza con su aliento. Espartaco, después de la bella y mítica explicación de Varinia, termina riendo con ella (no riéndose de ella) porque en ese momento los dos son tan felices que todo les hace sonreír. ¿Qué quiere Espartaco? Quiere saberlo todo de la naturaleza. Estrellas, pájaros, el Sol, la Luna, el viento. Y, aunque Espartaco ama a Varinia, seguro que preferiría la explicación del filósofo presocrático Anaximandro de Mileto, que decía que el viento es una corriente de aire que se origina cuando sus elementos más ligeros son puestos en movimiento por el Sol. Cuanto el viento se halla aprisionado en densas nubes y se esfuerza por hallar una salida en razón de su fina textura y ligereza, la rasgadura origina el ruido y el contraste con la negrura de la nube produce un resplandor. ¿De dónde viene Ansu Fati y los que, como él, producen un resplandor? ¿Ansu Fati viene de una cueva y su idilio con el gol empieza con el aliento de un dios? ¿O acaso Ansu Fati es una corriente de aire puesta en movimiento por el mismo Sol que acompañó siempre a Samuel Eto´o, Quini o Hugo Sánchez?

¿Nos quedamos con las explicaciones míticas de Varinia, o con las explicaciones racionales de Anaximandro? ¿La belleza del mito, o la contundencia del logos? El problema físico del viento no es como el problema matemático de la cuadratura del círculo porque encontrar una explicación del viento de felicidad que inundó el Camp Nou en particular y el fútbol en general cuando Ansu Fati marcó un gol bello e imposible no es, ni de lejos, como intentar encontrar el cuadrado que tiene un área doble de la de un círculo dado. Varinia no tiene nada que decir acerca de la cuadratura del círculo, pero puede mezclar el amor con el viento. No estamos hablando de matemáticas porque las matemáticas y el mito son agua y aceite. Estamos hablando del viento. ¿El viento viene de una cueva, o es una corriente de aire puesta en movimiento por el Sol?

Puede que Ansu Fati haya cuadrado el círculo vicioso en el que el Barça parecía haberse instalado esta temporada (al menos, en la Liga), pero eso no es lo importante. Lo que importa es el viento. ¿Y saben una cosa? Seguro que Anaximandro de Mileto podría explicar de forma racional esos diez minutos de Ansu Fati en el Camp Nou, pero los futboleros sabemos que, a veces, la culpa la tiene ese pícaro viento del norte que nace de los suspiros de un dios enamorado del fútbol.

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