El Oviedo, una vez más, como ya había sucedido contra el Girona, tuvo ocasiones de sobra anoche ante el Sporting para llevarse los tres puntos, pero al final los errores cometidos ante Mariño en el segundo tiempo le dejaron sin el botín deseado. Los rojiblancos, que habían controlado muy bien el partido hasta el tanto azul de Lucas Ahijado, no se movieron demasiado hasta que llegó el descanso. Eso sí, se echaron hacia adelante en la segunda parte, aunque sin crear demasiado peligro y dejando demasiados espacios en su retaguardia que supieron ocupar en determinados momentos los jugadores oviedistas. Hasta que Djurdjevic logró el tanto del empate en un despiste defensivo carbayón. Desilusión oviedista, alegría sportinguista.

El fútbol en el primer tiempo brilló por su ausencia. Los nervios y los miedos pudieron con las ganas de ambos equipos por agradar a sus seguidores. En la segunda parte tanto los pupilos de Ziganda como los de Gallego se mostraron más animosos y fueron capaces de enseñar algunas de sus virtudes futbolísticas (sólo algunas) superando los corsés habituales de un derbi y jugando al fútbol durante algunas fases de los segundos 50 minutos.

El primer tiempo fue la clara demostración de lo que se tiene por un encuentro de la máxima rivalidad. Dos equipos muy atenazados, sin apenas crear ocasiones de gol, con mucho toque en el centro del campo, sobre todo por parte del Sporting (que tenía el juego controlado) pero poco más. Hasta el minuto 27. En ese momento, el jugador de la capital del Principado que más había fallado hasta entonces, Lucas Ahijado, marcó el tanto de los azules. Lo hizo a pase de otro de los oviedistas que apenas había entrado en juego, pero que una vez más demostró que cuando lo hace (aunque sea con cuentagotas) crea siempre peligro, Borja Sánchez.

La jugada del tanto de Lucas había nacido en las botas de un integrante de la plantilla de Ziganda que parece haberle cogido muy bien el tranquillo al Sporting, el lateral izquierdo Mossa, quien en un derbi anterior ya había llegado a marcar a los rojiblancos hasta dos veces en 90 minutos.

En este primer tiempo volvió a quedar patente la solidez defensiva del Oviedo. Los sportinguistas apenas llegaron con peligrosidad en un par de oportunidades y Femenías sólo tuvo que intervenir una vez, a tiro de Aitor García. Los centrales carbayones se mostraron sólidos, tapando siempre con eficacia los huecos dejados en ocasiones por sus compañeros de zaga y controlando a la perfección los balones aéreos.

El Oviedo salió más entonado que el Sporting en el segundo tiempo. Y así en el minuto 5 de la reanudación Viti disfrutó que una buena ocasión a centro de Jimmy tras un desajuste defensivo de los rojiblancos. A partir de ahí, el Sporting intentó ir más hacia adelante, pero el Oviedo no se dejó dominar y volvió a contar con dos grandes oportunidades, primero por parte de Obeng y luego de Borja Gastón. Una vez más, como ya ocurriera con disputas anteriores, tantos fallos acabaron pagándolos los azules. Porque los gijoneses aprovecharon la segunda ocasión que tuvieron tras el descanso. Djurdjevic mostró su instinto goleador y acertó en la que tuvo y llevó el balón a las redes de la portería de Femenías.

Un empate que deja las cosas más o menos como estaban, sin alterar los intereses de unos, mantenerse en los puestos de ascenso, y de otros, seguir sin perder para intentar dar el estirón más pronto que tarde y subirse al carro de los que lucharán por el ascenso.