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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Oviedo y el Sporting: La resaca sin final

De vuelta a la normalidad tras el derbi, a unos y a otros les toca empezar a pensar cuanto antes en lo que queda por delante; nadie sigue sumando puntos a base de recuerdos

Fran Villalba controla el balón ante Jimmy Irma Collín / Ángel González

De vuelta a la normalidad tras el derbi, a unos y a otros les toca empezar a pensar cuanto antes en lo que queda por delante. Nadie en el planeta “fúrgol”, al menos que se sepa, sigue sumando puntos a base de recuerdos de lo que ocurrió ayer. El Sporting arranca la jornada recibiendo a un Alcorcón necesitado de puntos tras un inicio de temporada de aquella manera. Es el choque del colista contra el segundo de la clase.

Un sábado a las nueve y sin restricciones de aforo. Hambre acumulada de salir de casa y de fútbol en directo. Sumen todos los factores y, salvo una ola de frío polar que quite las ganas de asomar la nariz hasta para recoger millones, puede que el resultado que les salga sea una entrada en El Molinón de las de los buenos tiempos. Por lo demás, fiarse de que el último no va a presentar batalla sería abrazarse a la ingenuidad. Y no están los tiempos como para ir regalando puntos.

Sea lo que sea, con resaca tras el derbi o sin ella, la vida sigue, incluso en los Juzgados, donde han llegado los incidentes previos al partido. La otra resaca, en manos de los jueces, y el follón por el gol de Mbappé, en todas las tertulias

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Mientras, a 28 kilómetros, toca jugar contra el filial de la Real Sociedad, club al que se le pone de ejemplo de cómo ha sabido conjugar el trabajo de cantera con el acierto a la hora de traer tropas del extranjero. Es la fórmula de la felicidad eterna que muchos clubes han buscado como si se tratara de El Dorado con desigual fortuna.

Sea lo que sea, con resaca tras el derbi o sin ella, la vida sigue, incluso en los Juzgados, donde han llegado los incidentes previos al partido. La otra resaca, en manos de los jueces, y el follón por el gol de Mbappé a la España de Luis Enrique, en todas las tertulias. Queda partido. Mucho.

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