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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Equipo con chispa

Un conjunto en estado de gracia y un graderío sin restricciones

Probablemente en otra temporada cualquiera el Sporting habría empatado el partido contra el Alcorcón, igual que no habría podido igualar hace una semana el derbi ni con el pase de Fran Villalba, de lo mejor que se va viendo este año en la categoría, y no habría tampoco arañado un punto en Amorebieta. Probablemente, en otra temporada cualquiera, el remate de Djuka en el tiempo de descuento no habría entrado entre los tres palos y las pacientes gentes rojiblancas que ayer regresaron a la vieja normalidad del graderío acogedor se hubieran ido a casa con el sabor amargo de no haber ganado al colista. E incluso no es descartable que el clamoroso error de Gragera, fruto de sus ocasionales y preocupantes bajones de concentración, que permitió a Lucho un disparo cruzado habría acabado de la peor manera posible. Pero nada de eso ocurre esta temporada. Porque, de momento, no es una temporada cualquiera.

Es imposible adivinar cómo acabará el curso debido a que caminar por Segunda se parece mucho al éxodo del pueblo hebreo, por complicado y por prolongado. Pero está claro que este Sporting tiene chispa, la misma que el cantante de éxito que llenaría estadios sin necesidad de abrir la boca o el político carismático al que se le perdonan las mentiras o, peor aún, se le aplauden. Esa cualidad difícil de definir y que tan sólo se constata con los resultados. La delgada línea que separa el éxito del fracaso. Y este Sporting sustenta esa chispa en tres factores determinantes: un delantero que está en estado de gracia desde hace más de un año, un jugador desequilibrante en el centro del campo pese a su mala ubicación en algunos partidos por decisión técnica y un grupo de chavales de la casa que se van turnando un feliz protagonismo. Véase ayer Pedro.

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