La Mareona rojiblanca que el sábado tomará las calles de Lugo va camino de ser una de las más numerosas en mucho tiempo. Ni el manifiestamente mejorable parte meteorológico hará desistir a los más frioleros de la cita en el Anxo Carro. Los hay que irán para ver el partido en una cafetería, que la economía poscovid da para lo que da.
Pero será un día en el que la hostelería lucense se quedará con sus despensas y bodegas bajo mínimos. Ríanse ustedes del desabastecimiento de determinados licores que se anuncia para Navidad por eso del brexit, los camiones y la falta de suministros.
Mientras, a 28 kilómetros cuentan que a El Requexón han vuelto las risas –si es que alguna vez se fueron– después de la victoria en El Toralín. Una de las claves del triunfo, analizan los que saben de esto, ha sido la reaparición en escena de Arribas y Mossa. Los dos veteranos tuvieron tiempos mejores como azules, pero parece que se han ganado de nuevo la confianza del gran capitán.
Mossa, lateral zurdo azul, se reivindica justo en su último año de contrato y en la temporada en la que Rubén Reyes, la doble “R”, le ha traído competencia
Sin ir más lejos, Mossa acumula minutos que le han permitido participar de manera muy activa en los últimos goles que ha logrado el Oviedo. El lateral zurdo se reivindica justo en su último año de contrato y en la temporada en la que Rubén Reyes, la doble “R”, le ha traído competencia. El bendito problema del que hablan los entrenadores cuando tienen donde elegir se ha instalado ahora en el carril izquierdo azul. ¿Quién ganará?
