Anda el oviedismo con el hocico torcido por la situación en la que se encuentra la renovación de Borja Sánchez. Los más pesimistas ya ven al que llaman el Mago de El Requexón con otra camiseta.
No se entiende que, después de haber cerrado la ampliación del contrato en marzo, se haya llegado a la nueva temporada sin el asunto firmado como se debe: con tinta indeleble. Bueno, siempre con muchos matices, que en esto del “fúrgol” ya se sabe lo que duran los contratos, sobre todo si a los muchachos les va bien en el campo.
Pero, lo dicho, sorprende que un asunto que estaba más que encarrilado siga en el aire. Y peor aún, si hubiera que apostar algo a estas alturas de la película, el caballo ganador sería el de la salida de Borja hacia otras tierras, cuentan que granadinas. Tiene pinta de que se avecina un culebrón que puede dejar al Oviedo sin su jugador franquicia o teniendo que poner encima de la mesa un dinero que no estaba presupuestado.
Tebas apadrina con una sonrisa de oreja a oreja la entrada en Bolsa del primer club español. Don Javier no regala sonrisas. Así que lo mejor es ponerse a estudiar cómo va eso de la acción cambiaria, la acción al portador, la liberada y el apalancamiento
Mientras, a 28 kilómetros preparan el derbi contra el juvenil del Oviedo, el equipo de Jaime Arias, el entrenador que se iba a ir, luego se sentó a pensárselo y ahora ha vuelto. Una derrota rojiblanca puede provocar cambios en el banquillo ocupado por Caco Morán, que todavía tiene la factura pendiente del 11-0 encajado por sus muchachos hace un mes en Vigo.
Por lo demás, Tebas apadrina con una sonrisa de oreja a oreja la entrada en Bolsa del primer club español. Ojo, que don Javier no regala sonrisas ni gasta pólvora en disparos al aire. Así que lo mejor es ponerse a estudiar cómo va eso de la acción cambiaria, la acción al portador, la liberada y el apalancamiento.
