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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

Antonio Rico

Cierra el pico, Flanders

Sobre las quejas de los grandes clubes europeos

Los buenos seguidores del Real Madrid, del Manchester United, de la Juventus, del Bayern de Múnich, del Barça y de otros grandes clubes (no incluyo en esta categoría a los nuevos y arrogantes ricos como el PSG) suelen ser humildes porque saben cuánto cuesta soportar el peso de la historia y conocen el alcance de las derrotas. Pero esos seguidores también pueden ser muy quejicas y pierden la paciencia con sus equipos o, más a menudo, con determinados futbolistas porque el fútbol tiene que ver con la cabeza y el corazón, pero también con el bajo vientre. ¿Los culés se quejan del juego del Barça y sufren porque su equipo está superado por el Rayo Vallecano en la clasificación? Pobres. ¿El Manchester United echa al entrenador y sus aficionados se plantean si el fichaje de Cristiano Ronaldo arruinó el trabajo de Solskjaer? Qué cosas. ¿Se escuchan pitidos en el Bernabéu y algunos siguen sospechando de Vinicius Jr. como si el brasileño fuera un mayordomo de las viejas novelas de detectives? Vaya. La verdad, no me dais pena. El reverendo Lovejoy sugiere a Ned Flanders en un capítulo de “Los Simpson” que se plantee alguna otra de las religiones mayoritarias porque, en realidad, todas vienen a ser lo mismo. El reverendo está un poquito harto de las preguntas y observaciones de Flanders, así que la sugerencia de que el vecinito de la familia Simpson se busque otra religión mayoritaria no solo tiene mucho sentido teológico sino que, de paso, traspasaría a un fiel como Flanders a otro tipo de reverendo. ¿Y no apetece seguir el ejemplo del reverendo Lovejoy en la grada, la barra del bar o el sofá cuando un aficionado culé se queja de que el Barça no puede fichar a Haaland, un madridista llora porque Hazard no es el que era, un seguidor de la Juve sospecha que su equipo no será campeón como lo ha sido los últimos cincuenta y siete años, o así, y un fiel del Manchester United se angustia cuando se compara con sus vecinos del Manchester City? ¿Por qué no se plantean alguna otra de las religiones futbolísticas mayoritarias? Hay muchas, y todas vienen a ser lo mismo. Si se trata de ganar siempre, tanto da una religión u otra. ¿Cansados del Barça, del Real Madrid, de la Juve o del Manchester United? Pues convertíos a la religión del Bayern de Múnich.

Quejarse de la caída del Barça o del Manchester United es como quejarse de la caída del Imperio Romano. Porque, vamos a ver, ¿cuándo ha dejado de existir Roma? Desde luego, Roma no murió con la caída de la ciudad de Roma en el año 476 y la deposición del último emperador sino que, como dice el historiador británico Neville Morley, Roma tuvo (y tiene) una vida ininterrumpida en muchas de las estructuras básicas de las culturas de Europa, y una influencia duradera en tanto que arquetipo de imperio. No hay punto final obvio en el estudio de Roma, como tampoco lo hay (ni lo habrá) en el estudio de un Barça que no murió en el estadio da Luz de Lisboa abrumado por un Bayern de Múnich imparable, ni en el estudio de un Manchester United aplastado por el peso de Ronaldo. Seguro que los aficionados del Atlético de Madrid, del Nápoles o del Leicester entienden esto muy bien porque sus religiones no son mayoritarias y, en paradójica consecuencia, pueden ser menos humildes que otros seguidores de las religiones mayoritarias, pero también menos quejicas, menos llorones, menos agrios, menos pesimistas y muchísimo menos pesaditos que Ned Flanders.

Cierra el pico, Flanders. O cambia de religión.

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