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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Oviedo y el Sporting: Resurgimiento y melancolía

Si se hace caso de las sensaciones y de los comentarios a pie de pista, cada vez son más los que ya no lucen el alzacuellos de la causa galleguista, mientras que el Oviedo vive en un estado de infinita melancolía producido por seguir haciendo la goma con los puestos de promoción

Los jugadores del Ceares fotografiándose con sus aficionados en El Molinón

El fiestón del balompié gijonés solo contentó del todo a los del Ceares: comunión con los suyos, buen rollo y una pasta gansa al bolso. Los tantos mil euros de taquilla que dejaron los 7.000 aficionados que fueron a El Molinón –pocos menos que el día del Fuenlabrada– les vendrán de cine a los muchachos de La Cruz para tapar los agujeros que el covid está dejando en las economías modestas. Ahora solo queda desear que el dinero se gaste con sobriedad, tiento y cabeza.

Por lo demás, en unos días se sabrá qué tal le ha sentado al Sporting y a Gallego la victoria ante un equipo de la cuarta categoría del “fúrgol” patrio. Si se hace caso de las sensaciones y de los comentarios a pie de pista, cada vez son más los que ya no lucen el alzacuellos de la causa galleguista. El pastor se queda sin ovejas. Todo está fiado a un resurgimiento mágico en lo que resta de año, empezando por Las Palmas.

Los tantos mil euros de taquilla que dejaron los 7.000 aficionados que fueron a El Molinón –pocos menos que el día del Fuenlabrada– les vendrán de cine a los muchachos de La Cruz para tapar los agujeros que el covid está dejando en las economías modestas

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En la categoría de los tópicos no se puede descartar nada. Y con el Sporting de por medio, mucho menos. Se espera que todo lo cure el chute de optimismo de Djuka, que a su regreso a Gijón ha tirado del argumentario repartido por el club para explicar su decisión de no vacunarse: solo es un asunto personal.

Mientras, a 28 kilómetros el líder provisional del torneo de barrios anda a lo suyo, en un estado de infinita melancolía producido por seguir haciendo la goma con los puestos de promoción. Va a ser que el sorpasso no era la fórmula de la felicidad.

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