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Alberto Menéndez

El empuje de McDonnell

El Oviedo Baloncesto sigue en estado de gracia y, como viene demostrando a lo largo de la temporada, nunca se rinde; sobre todo cuando se enfrenta a los equipos de la parte alta de la clasificación, a aquellos que cuentan con mayor presupuesto y que por lo tanto tienen, al menos teóricamente, las mejores plantillas. Entre ellos se encuentra, sin lugar a dudas, el Palencia, cuyo potencial económico es evidente. Así, por ejemplo, se hicieron con los servicios del quizás mejor jugador del Oviedo la pasada campaña, Micah Speight. El club asturiano no pudo hacer nada para retenerle ante la propuesta de los castellanos. El norteamericano volvió a dejar patente anoche todo su talento y, sobre todo, su osadía en su regreso a Pumarín.

Speight fue, con mucha diferencia, el mejor jugador del Palencia. De los 74 puntos de su equipo él logró 28 en los 40 minutos que permaneció en la cancha, a los que hay que sumar 4 asistencias. Pero la estrella del partido no fue él, fue el oviedista Sean McDonell. Su partido de ayer fue, simplemente, espectacular. Lo que no es algo nuevo. Él guio a los carbayones cuando pasaban por los momentos más difíciles. Hizo de todo y lo hizo muy bien. Recogió rebotes, hasta 13, en defensa y en ataque, se fue hasta los 19 puntos, con tres de cuatro en tiros de tres pero, sobre todo, puso la garra necesaria, que traspasó también a sus compañeros, para empujar al Unicaja Banco hacia una gran victoria.

Un triunfo que no fue fácil ni mucho menos. Fue en la prórroga. Eso sí, aunque hubo diversas alternativas en el marcador a lo largo del partido, con ventajas de uno y otro equipo, quienes tuvieron las diferencias más amplias a su favor fueron los de casa: 9 puntos arriba al final del tercer cuarto (gracias sobre todo a los aciertos de McDonell), que llegó a ser 11 al comienzo del último cuarto. Una pájara de los azules permitió a los palentinos recuperarse en el marcador en poco más de dos minutos. Incluso tuvieron la oportunidad de ganar el partido en los últimos segundos. Pero no acertaron.

En la prórroga volvió a aparecer (como ya es habitual) el buen hacer del base azul que cogió esta temporada los galones de Speight en Pumarín, el noruego Harald Frey, quien con dos entradas a canasta y un triple, y también con la colaboración de Kamba, acabó definitivamente con la resistencia palentina. Un partido el de ayer en el que quedó patente la baja forma de algunos jugadores, de ambos equipos, a causa del covid pasado recientemente.

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