El Sporting de Gijón ya ha elegido a su “9”. Se llama Robert y de apellido luce Beric. Esloveno de nacimiento, tiene una dilatada trayectoria por ligas de medio mundo. Sobre el papel, el “número 1” para Javi Rico presenta buenos guarismos. Y eso cuesta pasta. Queda por ver si el jugador, ya en la treintena, opta por el escaparate de un equipo como el Sporting o por los buenos cuartos que le pueden pagar en otras culturas.
Es en estos momentos de las negociaciones cuando al comando rojiblanco destinado a llevar a buen puerto el fichaje le toca apelar a lo sentimental, a lo guapo que ye Gijón, a las bondades de su clima y gastronomía, a los tanto y pico mil socios, a los domingos (o sábados o lunes o viernes) de fútbol en la Bombonera de El Piles, a Quini, Ferrero y Joaquín, a que hace unos años por Mareo llegó un tal Uros en busca de gloria y fortuna y no le ha ido mal, incluso cambió Serbia por Montenegro y tal y tal y tal. En manos de Beric está abrazar la causa o preferir el “show me the money”.
Es en estos momentos de las negociaciones cuando al comando rojiblanco destinado a llevar a buen puerto el fichaje le toca apelar a lo sentimental, a lo guapo que ye Gijón, a las bondades de su clima y gastronomía...
Mientras, a 28 kilómetros, calma en la cubierta y en el puente de mando de la nave azul a la espera del partido en el Tenerife. No se les han dado mal a los azules los viajes a Santa Cruz en los dos últimos años. Por lo demás, adiós a Paco Gento, cuyos genes (su hermano Toño en el Oviedo y su sobrino nieto Sergio Llorente en el OCB) defendieron los colores de la capital astur. Son las cosas del deporte, un asunto que ya era global en la época del Nodo.