En Gijón ya son 18.000 los abonados, y subiendo. No es un mal número de clientes potenciales para el restaurante con vistas al verde de El Molinón y del parque de Isabel la Católica que el Sporting quiere abrir en la tribuna oeste. Tampoco es poca cosa andar cerca de los 20.000 carnés expedidos en estos tiempos de incertidumbre, con gente en pánico nuclear por el temor a contagiarse de covid y/o con una dieta de pollo y arroz, arroz y pollo por eso de las estrechuras económicas que han traído la pandemia y los amigos de forrarse a costa del mal ajeno a base de subir los precios.
Por lo demás, el Sporting de los Javis, Fernández y Rico, apura los tiempos para hacerse con el delantero que pide Gallego por tierra, mar y aire. En Mareo hay rastreo habitación por habitación, despacho por despacho, a la búsqueda de los topitos de campo que se han colado y a los que culpan de que, por ejemplo, el nombre de Beric esté en danza.
En Mareo hay rastreo habitación por habitación, despacho por despacho, a la búsqueda de los topitos de campo que se han colado y a los que culpan de que, por ejemplo, el nombre de Beric esté en danza
Luego, en la vida real, los rojiblancos están a la espera de que llegue el Amorebieta y volver a ganar en El Molinón, que ya es hora. Muchas lágrimas cayeron desde aquel lejano mes de octubre en el que Djuka tumbaba al Alcorcón con una pifia de la zaga madrileña. Mientras, a 28 kilómetros, toca nuevo intento azul de arrimarse de una vez por todas y de verdad al play-off ante uno de los de arriba, otro equipo en su día de Primera que le quitaba Ligas al Madrid y jugadores al Oviedo. Lejanos tiempos que todos quieren que estén de vuelta lo antes posible.