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Alberto Menéndez

Mediocre y aburrido

Sobre la derrota de ayer y la mala imagen de los azules

El Oviedo no evoluciona y va camino, una temporada más, de no cumplir el objetivo de meterse en los puestos altos de la tabla que dan opción a luchar por el ascenso a la división de oro del fútbol español. La afición azul vio ayer como su equipo perdía otra oportunidad (y son ya demasiadas) de intentar meterse en los puestos de play-off. Algo normal visto lo visto en el terreno de juego. El Oviedo mostró ante la Real Sociedad B en el Carlos Tartiere su peor cara, aunque ciertamente en lo que a juego se refiere la buena tampoco es que sea muy distinta. Porque el Oviedo de ayer no es que fuera muy distinto al de la semana pasada en Burgos. En ninguno de los dos partidos se vio un conjunto consistente. Depender solo de la fortuna no es la vía más adecuada para ascender puestos en la clasificación.

Si el club de la capital del Principado quiere dejar de ser un equipo mediocre y aburrido como el de ayer ante los jóvenes pupilos de Xabi Alonso tiene que buscar ya, de forma inmediata, nuevos alicientes, dar un giro a la manera de afrontar la competición. Aparentemente la plantilla puede dar más de sí. Sin embargo, a pesar del poco fútbol mostrado en la mayoría de los partidos el entrenador azul insiste en sus planteamientos, sin apenas dar oportunidades a algunos jugadores que probablemente estarían en disposición de aportar frescura al equipo.

La Real Sociedad B no hizo nada destacable para llevarse los tres puntos, pero consiguió el botín. Y lo hizo porque el Oviedo le dio todas las facilidades del mundo, no sabiendo en ningún momento aprovechar su experiencia para intentar apabullar a los inexpertos futbolistas vascos. La monotonía volvió a ser la seña de identidad de los azules. Así, por ejemplo, durante los primeros veinte minutos de partido no pasó nada destacable sobre el césped del Tartiere, excepto pases y más pases horizontales por parte y parte.

El Oviedo no puede ni debe basar todo su juego ofensivo, como hizo en los primeros 45 minutos de ayer, en que Borja Bastón se haga sitio entre los defensores contrarios para intentar disparar a puerta. Ante los donostiarras demostró que necesita muy poco para crear peligro y en el minuto 25 obligó al portero vasco a realizar una buena parada para desviar un disparo suyo. Pero no hubo más. Solo sopor.

Solo hubo un jugador azul que intentó hacer algo distinto, aprovechando su velocidad para romper la defensa contraria. Fue Viti, quien sobre todo en los primeros minutos del segundo tiempo animó a la hinchada azul con sus galopadas, alguna de la cuales no fructificó por muy poco. Quien desgraciadamente no tuvo su día fue Borja Sánchez, y el equipo lo notó.

Pudo la Real adelantarse en el marcador al inicio de la segunda parte con un fuerte disparo de Alkain, que repelió el poste. Pero hubo que esperar a los últimos 5 minutos para que el encuentro se desmelenara. Los donostiarras lograron su gol tras un claro penalti cometido por Carlos Isaac, que fue expulsado. En la siguiente jugada, pena máxima contra los donostiarras por una indiscutible mano de uno de sus defensores. Zubiaurre, meta visitante, impidió el empate azul al adivinar la intención de Borja Bastón y repeler su golpeo. El goleador oviedista no pudo en esta ocasión evitar la derrota de su equipo. ¡Ya bastante está haciendo en lo que va de campaña!

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