Cuando el próximo mes de junio se escuche “Valió la pena” en el Tartiere, en el concierto de Marc Anthony, seguramente estará resumiendo lo ocurrido durante la temporada en el terreno de juego. Ya lo está diciendo también el cantante puertorriqueño desde el cartel de su gira, que tiene la ciudad empapelada. “P’allá voy”. Que es muy importante tener un sitio a donde ir, unos objetivos propios y mucha ilusión por alcanzarlos. Solo resta que en estas etapas que quedan por delante el equipo saque su mejor repertorio. Que Brugman y Borja Sánchez pongan el compás, Bastón la salsa, y Costas y Calvo la percusión. Y todo el equipo, titulares y segunda unidad, baile al son en una coreografía largamente esperada. A buen seguro que la grada contribuirá haciendo buenos coros. El Oviedo llega a estas alturas de la campaña sin vistas al abismo, aunque mirar hacia arriba también puede dar vértigo. Pero la línea está clara y los intentos externos de desestabilización tienen que quedarse en eso, sin dar la mínima opción a que prosperen. Lo vuelve a decir Marc en otro de sus temas, a “Vivir mi vida”. Llegados a este punto, y ante la situación en la clasificación, lo mejor es que hay partido, que queda camino y el derbi es una parada más, en la que tiene que pesar el hambre atrasada de las grandes gestas del pasado y la buena dinámica de los últimos enfrentamientos. Una ocasión en la que los chicos de la casa siempre cumplen con nota.
