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Alberto Menéndez

El Oviedo sigue creciendo

En el derbi, los de Ziganda vuelven a demostrar que están en estado de gracia

El Oviedo continúa yendo hacia arriba. En el derbi volvió a demostrar que está en estado de gracia y dispuesto a luchar por acabar la Liga en los puestos de privilegio que dan opción a luchar por el ascenso a Primera. El Sporting por su parte permanece instalado en los puestos bajos de la clasificación, lo que siempre impide a cualquier equipo demostrar realmente cual es su valía. Y eso lleva a los rojiblancos al desquicie incluso, como sucedió anoche al final del encuentro ante el eterno rival. Un final bochornoso. En todo caso fue un buen derbi con momentos brillantes por parte y parte, sobre todo en el primer tiempo.

En el partido hubo, como no podía ser de otra manera, mucha tensión. Pero quizás la supo canalizar mejor el Oviedo, que intentó apaciguar la contienda e imponer su juego, no atropellándose. El Sporting por su parte también tuvo sus oportunidades, pero siempre dio la sensación de ir a remolque de los azules (sobre todo en la segunda parte); más mandones los de la capital del Principado en el centro del campo, más convencidos, probablemente, de sus posibilidades. Más metidos en el partido a fin de cuentas.

Los del Cuco Ziganda demostraron en un Molinón con un espectacular ambiente (pero con escasos aficionados oviedistas) ser un equipo con personalidad, algo de lo que venía careciendo en las últimas temporadas. Son ya varias las jornadas sin decaer. Ayer no se amilanó en ningún momento. El Sporting quería darle una alegría a su afición y dejar prácticamente resuelto el presente campeonato pero, una vez más, y ya van muchas, demostró su incapacidad para mantener un ritmo constante sobre el terreno de juego. Además se encontró con una de las defensas más sólidas de Segunda y eso que no estaba Costas. Pero Tarín cumplió con creces ante un goleador como Djurdjevic, al que entre él y Calvo amarraron bien salvo dos destellos del nueve gijonés, que en ambos casos se encontró con la respuesta adecuada de Femenías.

Brugman volvió a demostrar que es un jugador fundamental en el actual Oviedo. Es quien guía las labores de ataque, pero también es cierto que para poder hacerlo cuenta con la inestimable labor de Luismi en defensa, aunque ante el Sporting, como ya sucediera en el partido anterior ante el Leganés, tuvo algún despiste que pudo costar caro al equipo.

En El Molinón volvieron a brillar los dos laterales y los dos extremos azules, aunque fueron mucho más efectivos Cornud y Borja Sánchez que Lucas y Viti. Precisamente en las botas del francés nació el gol oviedista. Pero quien sobresalió por encima de todos fue Javi Mier. Apareció en labores de contención pero sobre todo buscó y encontró los desmarques, no arrugándose en ningún caso.

El primer tiempo fue muy igualado. Los dos conjuntos miraron a la puerta contraria (lo que no suele ser lo más habitual en los derbis), con alguna que otra oportunidad de gol para unos y otros, aunque la más clara fue para el Oviedo, tras una gran jugada iniciada, como no, por Brugman, con pase en profundidad a Cornud, quien en un centro medido le puso un excelente balón a Luismi, que se sacó una volea de gran nivel a la que repondió Cuéllar con una muy buena parada.

El Sporting lo intentó sobre todo con balones al área desde ambos laterales. El que tuvo la mejor ocasión de los gijoneses fue Bogdan, pero su cabezazo no fue a puerta por muy poco. También se encontró con un gran balón casi en el área pequeña Rivera, quien más que con la testa remató con el hombro, elevando la pelota por encima del travesaño. También tuvo su oportunidad por alto el Oviedo. Fue tras otra internada de Cornud. Javi Mier remató con intención, pero alto.

El Oviedo tiene ahora la posibilidad de lograr una nueva victoria en campo contrario, ya que el próximo encuentro es en Alcorcón, un club que certificó ya su descenso de categoría.

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