El caliente verano de 2022 pasará a la historia del "fúrgol" de la madreñina como el del inicio de dos proyectos que tienen a la tropa con los niveles de ilusión en sangre por las nubes. Pachuca y Orlegi, Orlegi y Pachuca han animado con quince días de diferencia el tórrido estío que, queridos amiguitos, nos ha tocado vivir. En Gijón el lema es "ganar sirviendo" y en Oviedo ya hablan sin tapujos de que el único objetivo es el del ascenso, amén de convenios con la Universidad para llevar lo que viene siendo el asunto del balón a otra dimensión. Aunque al final lo que valdrá, como siempre, será que la pelotita entre.
De momento, poco se está hablando de los equipos que tienen entre manos Abelardo y Bolo. En la casa azul la principal preocupación ahora mismo es cerrar de una vez la renovación de Borja Sánchez, en lo que se vende como el último servicio de Carso a la causa.
En Gijón, el Pitu pide intensidad a los suyos mientras espera a que se agilice la operación salida, que a su vez permitirá abrir las puertas de Mareo a más fichajes. Y mientras, los hay que hacen números al mismo tiempo que se frotan las manos pensando en que los dos grupos empresariales mexicanos llevarán su rivalidad forjada en México más allá y se meterán en una carrera para ver quién inyecta más guano a los clubes. No parece que vaya a ser el caso, dado que la intención es llevar una gestión pausada y sosegada en cuanto al dinero y que, por ejemplo, el Oviedo sea de una vez autosuficiente. El tiempo dirá.