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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: Semana de abrazos

El Sporting se acerca a la cima de los 20.000. Al Oviedo le quedan varios golpes de riñón y unos cuantos kilómetros más para alcanzar la meta marcada.

Fran Villalba, entre Fede San Emeterio y Sobrino. | Ángel González Andrés Menéndez

El Sporting se acerca a la cima de los 20.000. Al Oviedo le quedan varios golpes de riñón y unos cuantos kilómetros más para alcanzar la meta marcada. Pero el ritmo en la renovación de abonos, cuentan en uno y otro lado, va como el velero de Espronceda: "Viento en pop, a toda vela, no corta el mar, sino vuela..." y tal y tal. Mientras tanto, el Sporting trabaja a tres turnos para buscarle una salida a Villalba. Si los cuentos en el "fúrgol" cambian de un domingo a otro, no digamos de un verano al siguiente. El mediapunta enamoró al principio y luego, con el lío de su compra al Birmingham, se deshizo como una aspirina efervescente en el Piles. Los que saben de esto aseguran que ni el chaval quiere seguir, ni su estilo y carácter encajan con lo que quiere el Pitu en el Sporting de Orlegi, que cumple un mes al frente del negocio.

Solo cuatro semanas de la nueva vida bajo el sol de Mareo, y todo lo que sucedió antes parece lejano, muy lejano, como la galaxia de "Star Wars". Quedan como quince días para que el circo se ponga a funcionar y las expectativas de los dos grandes de la madreñina están en lo más alto. El impulso del capital mexicano lo acabará midiendo lo de siempre, porque ya se sabe lo que ocurre con un proyecto con pocos puntos en el casillero. Por lo demás, en la capital se avecina una semana de presentaciones, abrazos y apretones de manos. Luego el tiempo dirá si habrá guillotinas, puñales o huidas por la ventana, ¿oyisti, güey?

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