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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

Antonio Rico

Héroes incivilizados y arqueólogos magullados

La rapidísima ascensión de Lewandowski a los cielos del barcelonismo tiene su lado oscuro porque los goles del delantero polaco son agua en el desierto en el que se había convertido un club que con Messi, Iniesta, Luis Suárez, Xavi, Busquets, Valdés, Piqué, Jordi Alba, Pujol y compañía había vivido durante años en un oasis permanente. Lewandowski es el salvador, el goleador providencial, el héroe culé. Bueno. Decía Hegel que una vez que se funda el Estado ya no puede haber héroes porque los héroes aparecen en escena solo en condiciones incivilizadas. Lewandowski es, entonces, una buena noticia para el Barça y una mala noticia para el Fútbol Club Barcelona.

Benzema no es un héroe. Es un gran goleador en un equipo civilizado y asentado en solidísimos cimientos que van más allá de la mística de la Copa de Europa. El Real Madrid no necesita héroes. Benzema no lo es, ni quiere serlo, ni lo fue, ni lo será. El actual Sevilla vapuleado (puede que sin merecerlo) por el Barça y aplastado por el Manchester City está a punto de caer en la barbarie, sobre todo después de ver a su expresidente José María del Nido pidiendo a gritos en la grada la dimisión de José Castro, así que la tarea de Monchi es encontrar un héroe bueno, bonito y caro. Isco no puede ser el héroe del Sevilla. Hay que fichar un héroe con madera de héroe, raíces de héroe, ramas de héroe y frutos de héroe. El Barça de las palancas no vive en la barbarie, pero sí en la incivilización. Por eso necesitaba un héroe que, además, estuviera dispuesto a serlo. Ese héroe es Lewandowski. Si algún día el Barça vuelve a ser un equipo civilizado, futbolistas como Lewandowski podrán jugar sin que los aficionados se pasen los partidos rezando para que no se lesione.

Hegel decía otra cosa acerca de los héroes. Decía que no hay héroes para su ayuda de cámara, y esto no es porque el héroe no sea un héroe, sino porque el ayuda de cámara es un ayuda de cámara. Imagino que cuando Marion atiende a un magullado Indiana Jones en "En busca del Arca perdida" después de mil peleas con los nazis no ve a un héroe invencible, sino a un arqueólogo que no ha podido evitar lo inevitable. "No son los años, cariño, es el rodaje", dice Indiana cuando Marion susurra que no es el hombre que conoció diez años atrás. Puestos a imaginar, imagino que Dembélé ve en Lewandowski a un magullado aunque valeroso Indiana Jones cuando le fabrica asistencias, y que Balde busca el látigo de Lewandowski cuando se desliza por la banda sin que los controles, remates y taconazos del delantero le parezcan heroicos, sino arqueológicamente sabios. Los ayudas de cámara de Lewandowski ven en el delantero no lo que los aficionados necesitados de héroes vemos desde la grada, la barra del bar o el sofá, sino solo lo que ve Marion cuando cura con besos las magulladuras de Indiana. Las asistencias de Dembélé, de Balde o de Koundé son besos de los ayudas de cámara de Lewandowski. Para los culés, sin embargo, los goles de Lewandowski son heroicos milagros que extraen agua fresca de un desierto que explotó en aquel 2-8 frente al Bayern de Múnich (y de Lewandowski, por cierto) en Lisboa.

Cuando el Barça vuelva a ser civilizado, futbolistas como Lewandowski solo serán grandes goleadores como Eto´o. Eso sí, los ayudas de cámara siempre verán a los héroes como arqueólogos magullados. Es el rodaje, cariño.

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