Semana tranquila y corta en Gijón. El equipo volverá a jugar de viernes. Toca viaje a Tenerife, donde bien harían los del Pitu en rascar algo dado el complicado calendario que les viene por delante. Pero ya se sabe que en la categoría de los tópicos, la de la igualdad, los marcadores cortos y el no hay enemigo pequeño, todo es posible. Y si no que se lo digan a las "víctimas" del Alcorcón, ya descendido la temporada pasada. Lo mejor para los intereses rojiblancos es que parece que Jony ha vuelto. A ver si es para quedarse largo tiempo y deja atrás los problemas con las lesiones.
Mientras, a 28 kilómetros, el cabreo va en aumento. El Oviedo de Bolo va salvando los muebles por la solvencia defensiva y poco más. Los que dominan el asunto aseguran que los azules muestran una preocupante falta de fútbol. Van siete jornadas, 21 puntos, y los números a nivel ofensivo siguen recordando a los de la pretemporada. Así que el equipo que iba a dar un paso adelante y dejar de ser tan amarrategui como lo era en tiempos del Cuco sigue sin encontrar su sitio en esta vida del "fúrgol". Pero que no cunda el pánico entre las masas. Queda un mundo, un abismo hasta que la temporada llegue a su fin. Pero si toca hablar de sensaciones, la cosita no está para muchas celebraciones. El problema, simplifica Bolo, es que todo es cuestión de nervios, de la ansiedad que tienen sus muchachos, dado que la pelotita no entra. Será eso, o no, o vayan ustedes a saber, amiguinos y amiguinas, ¿oyisti, güey?