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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Días extraños en la madreñina

En Gijón andan entre los planes 40-100-300 para el macroproyecto de El Molinón, los del Mundial para toda Asturias, y las broncas públicas de Abelardo a sus pupilos y en Oviedo el equipo de Bolo entra en crisis

El palco del Tartiere en el Oviedo-Cartagena MIKI LOPEZ

Días extraños contemplan el "fúrgol" de la madreñina. En Gijón andan entre los planes 40-100-300 para el macroproyecto de El Molinón, los del Mundial para toda Asturias, y las broncas públicas de Abelardo a sus pupilos. No se anda con bromas el Pitu. Algo debe de estar viendo que no le gusta un pelo. Primero fue el aviso a Rivera por los dolores, un día aquí y otro allí, que le estuvieron impidiendo entrenar con normalidad demasiado tiempo. Luego llegó el cabreo del técnico gijonés tras el 1-1 en Tenerife y el "hay futbolistas que se creen mejores de lo que son" que pasará a la memoria colectiva del sportinguismo y que se recordará si las cosas no salen como se esperan.

Mientras, a 28 kilómetros, la crisis se ha instalado en el Oviedo. El patinazo ante el Cartagena llega en la semana en la que Bolo aseguró que su equipo presenta elementos positivos, por mucho que el entorno no los quiera ver y se centre más en las cuestiones que no funcionan desde la ya lejana pretemporada. Y va el Oviedo –ya es casualidad– y firma el peor partido del año. Sigue con problemas en la sala de máquinas. Sin creación no hay goles. Y a esto se suma que perdió su solvencia defensiva, con dos goles a balón parado clavaditos en ejecución y en protagonistas. Se avecinan días calientes, aunque en México mantienen cierta calma, ¿oyisti, güey?

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