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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo: Los millones y la paternidad

Un giro de película hollywoodiense salvó al Real Oviedo de acabar como "El Holandés Errante" gracias a la entrada en escena de Slim. En una década han sido muchos los que han intentado arrogarse la paternidad de la criatura, aunque ahora bastantes de aquellos prefieren ponerse de perfil y renunciar a la prueba de ADN

Arturo Elías, en el Tartiere

Se cumplen diez años desde que un giro de película hollywoodiense salvó al Real Oviedo de acabar como "El Holandés Errante" gracias a la entrada en escena de Carlos Slim y aquellos dos millones salvadores. En una década han sido muchos los que han intentado arrogarse la paternidad de la criatura, aunque ahora bastantes de aquellos prefieren ponerse de perfil y renunciar a la prueba de ADN, no vaya a ser. Es lo que sucede cuando lo que iba a ser una tarta de boda de principito y princesita se quedó de aquella manera. Elías no cumplió su sueño de ver a los azules desde el palco del Bernabéu, pero sí que ordenó las cuentas y estabilizó la institución en el fútbol profesional, que no es poco con los tiempos que corren.

Pasó el testigo a los primos hermanos de Pachuca en busca de ese salto y para dotar a la casa azul de una estructura profesional que se reclamaba como solución a todos los males cuando la pelotita no entraba. Ley del fútbol: cuando no se gana o no se alcanzan los objetivos soñados la culpa es de las lesiones, de los árbitros, del empedrado o de la bruja Lola. Ahora, y desde distintos frentes oviedistas, da la sensación de que la crítica es más dura con los nuevos propietarios que cuando el Oviedo tenía el sello de Slim. ¿Por qué será? Vayan ustedes a saber, amiguinos y amiguinas, pero echar a volar la imaginación, de momento, es gratis, ¿oyisti, güey?

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