La opinión sobre la polémica con las peñas del Sporting: Redistribuir el poder y la riqueza

Jornada extraña en la madreñina "furgolística" por eso de que el Oviedo adelantara su partido al miércoles a petición del Tenerife. Nos queda, además del Mundial de los cínicos y los recogedores de sobres a dos manos, el Sporting de Abelardo y sus chicos. El choque entre los rojiblancos y los canarios de Las Palmas se jugó en la semana en la que la nueva propiedad del club gijonés ha ido dejando miguitas para que las peñas vayan asumiendo que habrá una redistribución del poder y la riqueza. El protocolo que ha preparado Orlegi para la relación del club y sus satélites con las agrupaciones organizadas de aficionados no ha dejado contentos a unos cuantos, que ven menguar la capacidad de influencia que con otros nombres y apellidos se ha ido traspasando de generación en generación desde la noche de los tiempos.

De mano, parece que la presencia de las principales figuras del club en los actos de las peñas será más justa y ordenada, algo necesario dada la cantidad de agrupaciones que tiene el Sporting. Se supone que de esta manera se acabará con las suspicacias de por qué menganito va a la fiesta de tal peña y no a la mía. Luego está el meollo del asunto, que no es otro que el reparto de las entradas, que parece ir camino de un sistema más democrático que el establecido hasta el momento.

Mientras, a 28 kilómetros, en la casa azul se preparan para una nueva visita de Jesús Martínez, que podrá disfrutar en directo del cambio que ha pegado el equipo desde la llegada del Almirante Cervera, ¿oyisti, güey?

Suscríbete para seguir leyendo